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El presidente Enrique Peña Nieto se manifestó por un diálogo respetuoso, cordial y de respeto mutuo con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Sobre los pronunciamientos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra México —en el sentido de que o nuestro país frena el narcotráfico y la migración o él detiene el TLCAN— dijo que su gobierno seguirá trabajando por un acuerdo comercial benéfico.

“El presidente Trump volvió a hablar contra México”, se le comentó a Peña Nieto en breve entrevista tras concluir un recorrido que hizo por el Templo Mayor.

Respondió: “Del tema seguiremos trabajando. Yo creo que nosotros, con toda seriedad, nos hemos venido conduciendo en una mesa de acuerdo, de negociación”.

El Presidente dijo que, tras el receso por Semana Santa, estará de regreso para “darle con todo” a sus actividades al margen de “la gran efervescencia” que, dijo, se vive por las campañas electorales en marcha.

“Arriba el América, y arriba el PRI”. El presidente Peña entregó ayer, en el Salón Recepciones de Palacio Nacional, los premios nacionales de Ciencias, Artes y Literatura 2017 a María Elena Álvarez-Buylla Roces, Emilio Sacristán Rock, Mercedes de la Garza Camino, Francisco Barnett Astorga, Nicolás Echevarría Ortiz y a Alberto Ruy Sánchez.

Al concluir, sin previo aviso, y sin un operativo de seguridad, el jefe del Ejecutivo federal salió de Palacio Nacional por la Puerta Mariana y caminó, acompañado por los galardonados, hasta la entrada del Templo Mayor, para realizar un recorrido.

Al salir del Circuito de la Constitución, el presidente Peña Nieto sorprendió a los comerciantes de la zona y a paseantes que aún disfrutan de la Ciudad de México en estás vacaciones de Semana Santa.

El rumor de que ahí andaba caminando el Presidente pasó de boca en boca y, en pocos minutos, había cientos de personas que lo querían ver: “Creí que era más alto, pero es chaparrito”, decía una chica, otra respondía: “le voy a pedir una foto”.

Y así, en medio de un mar de personas caminó desde Palacio Nacional hasta el Templo Mayor. A lo largo de casi 50 minutos fue abordado por cientos capitalinos y, entre turistas, paseantes y comerciantes, dio abrazos, besos, y se tomó selfies.

Personal del Estado Mayor Presidencial pedía a la gente que le ayudara con la seguridad del Presidente, haciendo una valla: “Déjenlo que se acerque, si se lo piden él viene y habla con ustedes”, les decían; la gente atendía y el Presidente se acercaba a ellos.

Otros más intrépidos le salían al paso, como una mujer que vende tacos en la calle de Moneda: “Yo voy a saludar a mi Presidente”, decía, y como pudo se acercó hasta llegar al mandatario.

“Peña Nieto, Peña Nieto, Presidente, Presidente”, le gritaba una niña sentada en los hombros de su papá. El presidente Peña Nieto se acercó, y entre infinidad de voces y gritos, se tomó una selfie.

Desde una esquina, un pequeño niño gordito y juguetón se ahogó en un grito: “Presidente Peña, arriba el América, arriba el PRI”. Quienes lo rodeaban sonrieron, el mandatario se acercó a saludarlo. Casi dos horas después salió por la calle de Guatemala, saludó a vecinos y siguió hasta Palacio Nacional con la ventanilla del coche oficial abajo. Nadie lo insultó.

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