La Cámara de Diputados ha sido escenario de enfrentamientos que han llegado a la violencia física . En San Lázaro y sedes alternas, los diputados han recurrido a gritos, golpes e incluso a gas lacrimógeno.

Así, las discusiones legislativas se han pospuesto en varias ocasiones por actos de protesta, tomas de tribuna y peleas . EL UNIVERSAL revisó algunos de los momentos más tensos que ha vivido la Cámara baja en las últimas décadas.

El 26 de agosto de 1988, luego de una controvertida elección presidencial por la que resultó ganador Carlos Salinas de Gortari, el diputado electo Félix Salgado Macedonio vació desde la tribuna tres costales llenos de boletas electorales quemadas o mutiladas. Con las papeletas, acusaba al gobierno de fraude en los comicios al tiempo que se ganaba el sobrenombre del “diputado costales”.

Después, en marzo de 1995 , el entonces coordinador parlamentario del PRI, Humberto Roque Villanueva festejó eufórico el alza del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de un 10 a un 15%. Celebró con la denominada “roqueseñal”, moviendo brazos y manos a puño cerrado en lo que la prensa caracterizó como un gesto obsceno.

En una entrevista, el priísta descartó sugerencias sexuales en la “roqueseñal”: “Era un movimiento rítmico de arriba hacia abajo cuando estábamos coreando el apellido del doctor [Ernesto] Zedillo, en ese momento Presidente de la República”, apuntó.

Fue durante el segundo informe de Ernesto Zedillo, el 1 de septiembre de 1996 , que la Cámara vivió otro momento pintoresco. El diputado perredista Marco Rascón apareció bajo la tribuna de San Lázaro con una máscara de cerdo, sosteniendo carteles con leyendas críticas del Presidente tricolor.

Los asistentes al informe leyeron frases como “Oink Oink Oink Oink” y “ Derecho único a desestabilizar al país”. Diego Fernández de Cevallos, desde el palco de invitados, bajó al salón del pleno para quitarle la máscara a Rascón, cosa que finalmente hizo el diputado y líder ferrocarrilero Víctor Flores (PRI). Entre gritos y jaloneos, Zedillo no interrumpió su mensaje.

Ya en el sexenio de Vicente Fox, el 10 de diciembre de 2002 , un grupo de cien campesinos y al menos seis jinetes ingresaron por la fuerza al Palacio Legislativo de San Lázaro. Intentaron irrumpir en el pleno de la Cámara, pero no lo consiguieron.

En cambio, sí se reportaron daños en puertas giratorias, de cristal y de madera. Uno de los líderes campesinos, Alfonso Ramírez Cuéllar, fue dos veces diputado federal en los periodos 1997-2000 y 2003-2006.

Habían pasado algunos días desde que Andrés Manuel López Obrador había levantado el plantón de Reforma cuando la mañana del marte s 28 de noviembre de 2006 corrió un rumor en la Cámara de Diputados: El grupo parlamentario del PRD tomaría la tribuna para impedir la toma de protesta de Felipe Calderón como Presidente de México.

Los legisladores panistas se alertaron y formaron una valla humana para impedir el acceso a la tribuna. Con escritorios y curules, los blanquiazules bloquearon el paso al estrado y ante los intentos de diputados perredistas para llegar a la Mesa Directiva, los bloques se enfrentaron con violencia física.

Ramón Pacheco Llanes (PRD) abandonó San Lázaro a causa de una agresión anónima con gas lacrimógeno , de la que también resultó víctima el panista Enrique Iragorri.

Diputados como Humberto Zazueta, Víctor Varela y Victorio Montalvo, del PRD; llegaron a los golpes con homólogos del PAN como Adrián Fernández, Luis Xavier Maawad y César Augusto Verástegui. Tres días más tarde, Calderón rindió protesta en una ceremonia de cinco minutos que incluyó chiflidos perredistas y aplausos del PAN y el PRI.

El mismo Calderón presentó una propuesta de reforma energética en abril de 2008 . La cámara de origen -el Senado- envió el paquete de leyes de la reforma a los diputados y en San Lázaro, treinta legisladores del PRD tomaron la tribuna el martes 28 de octubre de ese año con la consigna “La patria se defiende, la patria no se vende”.

Al final, la Cámara baja aprobó la reforma que, entre otras cosas, permitió a Petróleos Mexicanos (Pemex) celebrar contratos de servicios con particulares, así como la creación de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Antes, los senadores habían aprobado los cambios a la Constitución en la Torre del Caballito -entonces custodiada por la Policía Federal- puesto que la antigua sede del Senado estaba bloqueada por manifestantes.

Otro conflicto estalló el jueves 3 de febrero de 2011 cuando Gerardo Fernández Noroña, legislador por el PT, denunció como alcohólico a Felipe Calderón a través de una manta. Los medios de comunicación captaron la leyenda: “¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto?”, antes de que Presidencia tildara de falsa la acusación.

En la administración de Enrique Peña Nieto, el miércoles 11 de diciembre de 2013 los diputados debían discutir la reforma constitucional en materia energética aprobada por el Senado. Ese día, los legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano tomaron la tribuna del pleno de San Lázaro y la sesión se trasladó a un auditorio cercano.

En medio de la discusión, la perredista Karen Quiroga y la priísta Landy Berzunza intercambiaron golpes; resultando Berzunza con una lesión en la retina izquierda. Después Quiroga tomó la palabra para pedir una disculpa pública.

Manlio Fabio Beltrones

, entonces líder parlamentario del PRI, le respondió entre aplausos: “Le recomendamos que en el futuro use más las ideas que las manos”.

En la misma sesión que concluyó con la aprobación de la reforma energética tras 20 horas de participaciones , Antonio García Conejo (PRD), medio hermano del hoy gobernador Silvano Aureoles, se quitó la ropa hasta quedar en calzoncillos para representar cómo la reforma era un “despojo” al país.

“Así como han despojado a la nación con privatizar Teléfonos de México, así están despojando a la nación; no me avergüenza [quitarme la ropa] porque es lo que están haciendo”, señaló García Conejo.

lsm

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