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A la hora de la victoria, la Cuarta Transformación en el Senado prende su festejo, sube a la tribuna, despliega una manta triunfal y alza cartelitos con leyendas: “Morena cumple” y “#ReformaHistórica”.

Están exultantes. Dan saltos y agitan puños quienes cargan la manta abierta frente a la tribuna con un mensaje en letras mayúsculas: “En la 4T, los senadores de Morena estamos con los maestros de México”; “¡Compromiso cumplido!”, remata.

Adentro del salón de sesiones se gritan consignas como: “¡Ya cayó! ¡Ya cayó!”, se refieren a la reforma educativa de Peña Nieto.

Una senadora panista, Martha Cecilia Márquez Alvarado —icono de su bancada, porque es frecuente verla debatir con bebita en brazos—, mete al cuadro de la toma triunfal de la tribuna una fotografía tamaño cartel de Elba Esther Gordillo en acción de aplaudir.

Reaccionan las morenistas Freyda Marybel Villegas y Lucía Trasviña, quienes sin forcejear intentan desplazar y así quitar de enfrente a Márquez: “¿Y la niña?”, oirá la aludida, quien vuelve a mostrar la foto de Gordillo.

Los senadores del PRI, MC, PRD, se encuentran expectantes. También los aliados PT, PES y PVEM. El presidente del Senado, Martí Batres acaba de declarar la aprobación de la reforma educativa, que deroga la de 2013.

Vertiginoso, en apariencia. A las tres de la mañana llegó la minuta de la Cámara de Diputados, cuando los duendes del Congreso todavía duermen. A las nueve de la mañana inició un debate de casi tres horas en comisiones unidas, y de ahí, al pleno, una reforma constitucional que a las 17:00 horas ya estaría aprobada. Sin bloqueos afuera, sin tensiones adentro, porque todo estaba planchado.

Esta nueva reforma educativa abortó hace nueve madrugadas aquí en el Senado de la República; la recompuso en San Lázaro el coordinador de Morena, el diputado Mario Delgado Carrillo, quien abrió acuerdos adicionales con el PRI y PRD, y consolidó el que trató con MC. Parir el proyecto definitivo quedó en manos de Ricardo Monreal Ávila.

Celebran a todo pulmón los ganones de la 64 Legislatura, cuando la voz lenta, firme, inalterable, como sofocada de Dante Delgado Rannauro, reubica al pleno, y recuerda a Morena que sin la oposición no le alcanzaría para lograr un cambio constitucional.

De inmediato Monreal Ávila formula agradecimientos a la minoría uno por uno, y se suma a la diplomacia el presidente del Senado, Martí Batres.

Y la mamá de la niña pregunta a qué se referían quienes mencionaban a la bebé, pues eso lo toma como agresión. Y el pastor Mon- real Ávila ofrece más disculpas y pide “prudencia” a los suyos.

Concluida la sesión, los triunfantes de la Cuarta Transformación se van a un inopinado paréntesis en periodo extraordinario, por el Día de las Madres... dejan entre escaños sus cartones con la leyenda de “Morena cumple”.

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