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En el Congreso Nacional de Morena los hijos de Andrés Manuel López Obrador tomaron un papel especial. Aunque no fueron visibles entre los congresistas que atiborraron el Auditorio Nacional, colocaron su discurso político a través de un documental que relata la vida del tabasqueño: “No somos los junior abusivos del poder”.

Un adelanto del documental “Esto Soy”, realizado por el productor Epigmenio Ibarra, así como una protesta con mantas, vinieron a dar una cachetada a los congresistas que habían caído en un tedio de tres horas de discursos y planes electorales.

López Obrador camina sobre la plancha del Zócalo, al fondo la bandera de México ondea. En otra toma cerrada López Obrador está de espaldas al Palacio Nacional, ahí dice esa frase que ha repetido desde el 2012: “A Palacio o a La Chingada”. Los congresistas de Morena en el Auditorio Nacional estallan en chiflidos y gritos: “presidente, presidente”.

El documental adentró a los morenistas a una parte poco conocida de López Obrador: su madre Manuelita, la casa donde creció en su pueblo natal Tepetitán, el río donde se bañaba de pequeño, su vida como estudiante de la UNAM.

Pero también se aprovechó para darles voz a los hijos del presidente de Morena. Andrés Manuel López Beltrán, mejor conocido como Andy, entró a cuadro en una escena familiar y los morenistas aplaudieron al unísono, pues es conocido por su amplia participación en Morena como encargado de la Ciudad de México.

El segundo de cuatro hermanos, deja plasmado su mensaje político: “No somos los juniors abusivos del poder, nosotros no vamos a ser parte del gobierno, no creemos en el nepotismo, creemos que eso es una lacra más de este sistema”.

Gonzalo Alfonso López Beltrán, el tercero en la descendencia del tabasqueño opina mientras su padre no le quita la mirada: “Tiene que cambiar la forma de ver a los personajes en el poder, no como el intocable, no como el que trae los 100 guaruras, sino como alguien común y corriente”.

El mayor, José Ramón López Beltrán, también arrancó aplausos. Él se encarga de la organización de Morena en el Estado de México, y lejos de dar una perspectiva política, se limita a decir que él quiere seguir tomando café en cualquier cafetería, caminar por la calle o subir al Metro.

“La vanidad es terrible, hace que familiares, esposas, que son las que ocupan puestos públicos se sientan con derechos que no se ganaron”, dijo Beatriz Gutiérrez Múller, segunda esposa del tabasqueño.

Y no podía faltar el hijo menor que tuvo con Beatriz, Jesús Ernesto López Gutiérrez. Aquel niño que no dejaba en mítines a su padre.

Ahora, entre bromas, López Obrador dice que su hijo menor es su único opositor, pues en una casa donde todos son Pumas, el pequeño le va al América.

También se vieron imágenes de la finca La Chingada. Ese lugar en Palenque, Chiapas donde el tabasqueño irá a vivir si pierde la tercera elección presidencial.

El tabasqueño también habló del nuevo aeropuerto, y advierte que si la gente vota por un cambio, estará tocando las puertas de Peña Nieto para decirle “ese asunto vamos a arreglarlo”.

“La política como el domino, es de definiciones”, remata López Obrador.

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