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La presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, afirma que, a pesar de haber funcionarios que no son militantes en el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, serán críticos y los señalarán cuando no se apeguen a principios de Morena, entre ellos la lucha contra el neoliberalismo.

En entrevista con EL UNIVERSAL ante el Congreso Nacional que se celebrará el próximo domingo, cuyos temas aún se revisan, dice que Morena seguirá siendo un partido-movimiento que respaldará al gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien “va a trabajar con todos y gobernar para todos”.

Dice que seguirán como una “gran familia” y buscan no repetir los vicios del PRD.

¿Cuáles son los retos del Congreso Nacional de Morena que tendrá lugar el próximo domingo?

—Necesitamos ponernos al día sobre temas importantes y definir lo que sigue. Debemos analizar el contexto político: tener a Andrés Manuel como presidente electo es una diferencia del cielo a la Tierra. Debemos dejar claro el contraste entre ser oposición y ser gobierno; entender lo que implica tener un presidente electo y recordar a todos por qué luchamos.

Tuvimos ya una reunión con nuestros comités estatales para enfatizar que la campaña terminó y que debemos abocarnos a cumplir lo que prometimos. Debe quedar claro ahora que la austeridad republicana será una norma en todos los gobiernos. Allí donde seguiremos siendo oposición, tienen que comprender que no están para ponerse de tapete de los gobernadores y aprobarles todo lo que se les ocurra.

Se ha dicho que Morena es un partido-movimiento. Sin embargo, la experiencia internacional muestra que, cuando este tipo de organizaciones llegan al poder, suelen perder ese carácter. ¿Creen ustedes que será posible mantener un pie en la movilización y otro en las instituciones aun ocupando el gobierno federal?

—Nosotros ya tomamos la decisión de ser un partido-movimiento y no dejar el movimiento bajo ninguna circunstancia; eso es fundamental. Ahora hay que aclarar que el Presidente va a trabajar con todos y gobernar para todos. Obviamente nuestro partido va a respaldar, apoyar y complementar al gobierno federal. Para hacerlo, vamos a traducir en iniciativas los compromisos y propuestas de López Obrador.

La composición del futuro gobierno no sólo incluye a cuadros de Morena. Hay gente sin partido y quienes vienen de otras fuerzas. Algunos ni siquiera tienen un perfil de izquierda. ¿Morena estaría dispuesto a exigir el cumplimiento del programa que ganó en las urnas o incluso a criticar eventuales acciones que pudieran desviarse de ese programa?

—A la cabeza del gobierno federal estará un militante de Morena. El Proyecto Alternativo de Nación va de la mano de nuestro partido. Si bien habrá gente en el gabinete que no milita en nuestro movimiento, lo mínimo que esperamos es que todos ellos defiendan los principios de Morena. Todos los que aceptaron formar parte del gabinete suscribieron el mismo programa.

¿Y si no se apegaran a él?

—Ahí sí seríamos críticos. Imagínate que un miembro del gobierno tomara posturas neoliberales cuando nosotros estamos luchando contra el neoliberalismo y en contra de un modelo económico que tiene postrada a la nación. Si luchamos porque exista igualdad de oportunidades para todos, no podemos permitir que venga alguien a tratar de mantener los mismos privilegios. Claro que no vamos a permitir eso, y lo vamos a señalar si ocurre. Nuestros documentos básicos son muy claros al enfatizar ciertos principios éticos.

La manera de hablar de Alfonso Romo, futuro jefe de la oficina de la Presidencia, es muy distinta a la de ustedes. En el Auditorio Nacional, cuando se presentó el programa de gobierno, se refirió al “derecho sagrado a la propiedad privada” en un país que fue de los primeros en establecer la función social de la propiedad. ¿Discursos como éste no generan extrañeza?

—Alfonso Romo puede tener una forma distinta de hablar, pero me parece que cada día se ha compenetrado más del discurso de nuestro presidente electo y de nuestro movimiento. Ha tenido que viajar en aviones de línea y en clase turista, así como hacer una cantidad de cosas que normalmente no hacía. Ahora nosotros somos un partido pluriclasista, y eso nos gusta…

Pero no hablo de clase social. Me refiero a las ideas de Romo. ¿Hay afinidad con él y otros empresarios que están en Morena?

—Dentro de Morena hay muchos empresarios. Yo misma vengo del sector empresarial: formé parte de Canacintra por casi 15 años. Aquí hay gente de muchas corrientes de pensamiento a quienes nos une la convicción de que México necesita un cambio de fondo. Si Alfonso Romo no creyera en eso, no estaría tan compenetrado y tan cerca de Andrés Manuel. Tal vez va a tener que cambiar hasta su forma de hablar. La oportunidad de convivir tan cerca de López Obrador te enseña; te abre los ojos y la mente; toca tu corazón.

Se han formado cerca de 68 mil comités territoriales de Morena, ¿se van a mantener con vida?

—Claro. Los comités son una parte importantísima de Morena y se van a mantener. Seguirán trabajando por lograr el México que queremos. Por eso es que seguiremos siendo un partido-movimiento: vamos a seguir enarbolando las causas de los movimientos sociales.

Nosotros decidimos renunciar al 50% de nuestras prerrogativas para el próximo año. Con el 50 restante pensamos hacer una gran institución que forme y capacite a quienes eventualmente llegarán a puestos de elección popular para que sean verdaderos servidores públicos. Queremos que quien esté aquí lo haga por un compromiso con nuestros principios y no simplemente por un cargo.

¿Los comités territoriales serán beneficiarios de los programas sociales?

—No, esa es una gran diferencia que tenemos con otros partidos. Los comités no serán instancias para bajar recursos; está prohibido ver las cosas así. Nosotros vamos a luchar contra eso que llaman “la gestión”, porque es algo que se prostituyó.

Aquí no habrá clientelismo. Cuando Andrés Manuel fue jefe de Gobierno, el apoyo a los adultos mayores y otros grupos fue universal. El partido no puede ser visto como un espacio de privilegios.

Formar parte de Morena debe ser considerado un honor, no una manera de obtener beneficios
particulares.

¿Cambiarán reglas, como elegir candidatos por insaculación o a través de encuestas, incluso la prohibición de que existan corrientes políticas?

—Absolutamente se mantienen. En Morena seremos muy firmes en que no existan grupos facciosos.

Los grupos están estrictamente prohibidos adentro; eso puede terminar en expulsión. Quien quiera tener vida de grupo que se vaya a otro lado.

Nosotros somos una gran familia y así nos queremos mantener.

Lo único que se puede permitir son grupos temáticos; por ejemplo, si un sector busca promover el campo, los derechos de las mujeres, de los jóvenes o de la diversidad sexual. Sin embargo, no aceptamos que un grupo llegue a decirnos: “Nosotros somos tantos y tenemos derecho a tanto”. No queremos repetir los vicios del PRD.

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