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Porfirio Muñoz Ledo, próximo diputado federal por Morena, prevé que una de las primeras tareas que tocará revisar a la Cámara de Diputados a partir del 1 de septiembre será la reducción de los excesos del Congreso: “El número de comisiones es excesivo, de institutos de investigación… hay cerca de 100 comisiones que son fuente de duplicación de recursos, de duplicación de gastos, de cajas perdidas”.

Una nueva Ley del Congreso, para estar en sintonía con la austeridad propuesta por el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, debe estar lista para cuando inicie la Legislatura, comenta en entrevista para EL UNIVERSAL Muñoz Ledo, porque de lo contrario el reparto de comisiones entre partidos obstaculizaría su reducción posterior.

Sin embargo, considera que la política de austeridad debería repensarse para los integrantes del Servicio Exterior cuyo ingreso, dice el también ex embajador de México ante la Unión Europea, es menor que la media recibida por sus pares en el resto de América Latina. “Se vendría abajo el Servicio Exterior”, advierte, debido a que el costo de vida en el extranjero es diferente.

“Todas las leyes tienen excesos o adecuaciones; a mí me preocupa lo de los funcionarios del Servicio Exterior, que obviamente no pueden ganar lo mismo, porque a algunos les pagan en dólares y a otros en euros. Yo pienso que se vendría abajo el Servicio Exterior. Sé que hay inquietud; tuve 12 años de vida de diplomático. El tema de la austeridad implica muchas reformas a la estructura de la administración y hay que hacerle frente en los tres primeros meses”.

Sobre el traslado de secretarías de Estado fuera de la Ciudad de México —otra de las ofertas que López Obrador hizo como candidato— Muñoz Ledo consideró que se ha divulgado “la falacia” de que se moverá a los miles de integrantes de la burocracia de esas instituciones a otras entidades. En realidad, dice, lo que se moverá será únicamente a las cabezas de dichas secretarías: “Se traslada al mando, pero la operación se realiza en muchos lados”.

Algunos cambios que se harán en los próximos meses, dice el diputado electo, deben ser también de gran calado: “Yo estoy terminando un documento que haré público también, después de que pase a revisión, de todas las reformas constitucionales y legales que tendrían que hacerse antes de la toma de posesión del próximo gobierno”. Entre los rubros que ve prioritarios para abordar en la próxima Legislatura están “decisiones en materia energética, educativa, laboral y electoral”.

¿Cambios constitucionales?

Sí, son factibles. Muñoz Ledo no ve problema en lograrlas: “Como esta es una transición tersa, creo que podríamos contar con el apoyo de distintos partidos, incluso del PRI, porque así lo ofreció Peña Nieto. Yo no creo que haya un gran problema en hacer reformas constitucionales”.

“La ley del Congreso y revisar las reformas estructurales; la reforma de la administración pública; la reforma que impone el régimen de austeridad; los salarios; qué se hace con los salarios de la Suprema Corte (...) ahí hay una cierta contradicción a la Constitución, que por una parte dice que nadie podrá ganar más que el Presidente de la República, pero por otro lado se da cierta laxitud a la Suprema Corte y a los órganos autónomos”, añade.

Sin embargo, en relación al argumento de la no retroactividad hacia los sueldos de los altos mandos, confía en que una reforma constitucional “rompe cualquier retroactividad, que es lo que se argumentó por la Corte de 1938 con la expropiación petrolera. Son problemas complejos, no tienen una solución sencilla”.

La partidocracia, dice el legislador electo, “ha corrompido la tradición democrática porque se repartieron los peces y los panes”. Quitarle los privilegios adquiridos, continúa, pasa por subir de rango a la Auditoría Superior de la Federación: “La Auditoría debe estar por encima de todos los poderes. Esto es tema de la Contaduría Mayor o Corte de Cuentas, porque está por encima del Ejecutivo, del Legislativo, del Judicial; es un órgano superior del Estado”.

¿En qué momento hacer todos estos cambios? “Hay dos tiempos, y lo ha dicho bien López Obrador: un tiempo de hacer las correcciones, fundamentalmente de las deformaciones en las que se ha incurrido durante los últimos 30 años, porque de las 900 reformas a la Constitución que ha habido, la tercera parte son de la época actual. Y luego habrá que entrar en un segundo momento a una revisión integral de la Constitución, cuando el gobierno se haya asentado y aumentado su consenso, probado su eficacia y su prestigio. Esto puede llevar a la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Es lo que llama Andrés Manuel la cuarta transformación”.

Una nueva reforma electoral

Para Porfirio Muñoz Ledo es necesaria otra reforma electoral, para corregir los errores del sistema actual: “Si pensamos que el cambio de gobierno por sí mismo eliminó la defraudación electoral, la transferencia de recursos públicos a los gobernadores de los estados, la triangulación de recursos, la compra y coacción de voto, el uso de las prestaciones sociales con fines electorales... pues no”.

Advierte que “la avalancha electoral” del pasado 1 de julio diluyó la notoriedad de los delitos, “pero los vicios están ahí; hay que erradicarlos. Por eso se necesitan reformas electorales de inmediato (...) Cada reforma electoral hemos puesto una regulación. Ya se necesita un sistema electoral mucho más simple, pero que la fiscalización y la prevención —que son fundamentales— tengan una solución expedita.

“Todo el sistema electoral, órganos y procedimientos están fundados en la desconfianza que hubo en México por razones históricas del proceso electoral. Por esta razón está sobrerregulado a un punto que establece una serie de candados que interrumpe el propio proceso. Después de cada elección, presidencial cuando menos, ha habido una reforma electoral, y tendrá que haber otra porque la última fue en 2012”.

¿Será presidente de San Lázaro?

“Mi función en la Cámara aún no está definida. Hay rumores que salen de una declaración de López Obrador sobre si sería yo presidente, pero no soy yo quien debe decidir, sino los diputados. Para mí eso sería un gran honor, la culminación de mi vida política. Estoy en plena capacidad física para dirigir la Cámara, aunque es muy desgastante el trabajo”.

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