Algunos de los funcionarios que conocieron de la primera fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera se encuentran hoy en medio de las campañas políticas de 2018. Tal es el caso del ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien preside la Comisión Nacional de Elecciones del Comité Ejecutivo del PAN y hace campaña junto a Ricardo Anaya, precandidato presidencial de la alianza Por México al Frente; o de Alejandro Gertz Manero, quien era secretario de Seguridad Pública y actualmente es integrante del consejo asesor para Garantizar la Paz del aspirante presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Entre la decena de funcionarios del gabinete de seguridad del ex presidente Vicente Fox destaca el caso de Dámaso López Núñez, El licenciado, ex director de Seguridad Interna del Penal de Puente Grande, Jalisco, y a quien se atribuye la estrategia para que el 19 de enero de 2001 el líder del Cártel de Sinaloa emprendiera su primera fuga.

Encabezando la Procuraduría General de la República (PGR) estaba el general Rafael Macedo de la Cocha, quien retomó actividades en su despacho de abogados.

En la Dirección de Prevención y Readaptación Social, también de la Segob, estaba Enrique Pérez Rodríguez, quien se había desempeñado como secretario particular del hoy gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares.

En otro momento fue su suplente a diputado y ocupó la Secretaría del Ayuntamiento en el municipio de Boca del Río, encabezado por Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del actual mandatario veracruzano.

En este momento, Pérez Rodríguez es secretario de Educación de Veracruz, en el gobierno de Yunes Linares.

La primera fuga de Joaquín El Chapo Guzmán se registró el 19 de enero de 2001, cuando, escondido en un carrito de lavandería, logró escapar del penal de Puente Grande, Jalisco. El ex presidente panista Vicente Fox Quesada llevaba apenas 50 días en el cargo.

La figura de Guzmán Loera trascendió a nivel nacional cuando fue detenido en junio de 1993 en Guatemala, buscado por la muerte del cardenal de Guadalajara Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrida en mayo de ese año, en un enfrentamiento entre sicarios de El Chapo y de los hermanos Arellano Félix, a la fecha acérrimos enemigos, en el aeropuerto de la ciudad.

Durante su estancia, el capo nacido en Baridaguato, Sinaloa, corrompió a custodios y funcionarios penitenciarios, entre ellos Dámaso López Núñez, El Licenciado, ex director de Seguridad Interna del ahora centro de reclusión de Occidente, quien después se convirtió en su compadre y mano derecha en la dirección del cártel, que actualmente protagoniza una pugna interna entre sus células.

El Licenciado, capturado por fuerzas federales el año pasado en la Ciudad de México, ayudó a Guzmán Loera para salir de Puente Grande, en complicidad con custodios, empleados y mandos.

La administración foxista responsabilizó al director del penal, Leonardo Beltrán Santana, y a más de 70 vigilantes, entre ellos Francisco Javier Caberros Rivera, El Chito, empleado de mantenimiento, quien sacó al capo en el carrito de lavandería.

Beltrán Santana pasó ocho años preso por cohecho y evasión de reos.

Enrique Pérez Rodríguez, quien era el director general de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, es señalado de estar en el penal un día antes de la fuga de Guzmán Loera.

Antonio Aguilar Garzón, subdirector de Seguridad y Custodia Interna de Puente Grande, acusó a Pérez Rodríguez de oponerse a la reubicación del narcotraficante sinaloense ante los rumores de que podía fugarse, según su declaración ministerial. El subdirector de Seguridad Interna del centro penitenciario, Luis Francisco Fernández Ruiz, estuvo 12 años en prisión.

Cuando Alejandro Gertz Manero ocupaba la recién creada Secretaría de Seguridad Pública, Jorge Tello Peón era el subsecretario. Este último renunció al cargo un mes después.

Tras dejar la dependencia en 2004, Gertz Manero se deslindó de lo ocurrido al señalar que los penales federales dependían de la Secretaría de Gobernación, encabezada en ese momento por Santiago Creel Miranda, y no de Seguridad Pública.

Regreso al negocio

Como fugitivo, Guzmán Loera se reintegró al negocio del tráfico de drogas, lo que lo catapultó en breve como el narcotraficante más importante y el más buscado por las autoridades de México y por el FBI, Interpol y la DEA de Estados Unidos.

Luego de la muerte del líder terrorista Osama Bin Laden, se convirtió en el enemigo público número uno de Estados Unidos. Retomó el control del Cártel de Sinaloa, estableció alianzas con Ismael El Mayo Zambada y se casó en julio de 2007 con la ex reina de belleza de Durango Emma Coronel Aispuro.

Bajo su mando, el grupo criminal se expandió en territorio nacional, Estados Unidos y Sudamérica, incluso logró alcance en Europa; sin embargo, su irrupción también generó disputas con los demás cárteles asentados en la República.

La captura de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, líder de Los Beltrán Leyva, realizada por el Ejército en 2008, provocó la ruptura de este grupo con El Chapo Guzmán, lo que generó una sanguinaria batalla que a la fecha continúa por el control de zonas en Sinaloa, Nayarit y Guerrero.

Con el Cártel de Juárez, de Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, pactó la creación de La Federación, con la que posicionó a su gente en municipios fronterizos del estado de Chihuahua, pero años después se declararon la guerra.

Tras 13 años de estar fugitivo, El Chapo Guzmán fue recapturado por elementos de la Marina, quienes lo ubicaron en el condominio Miramar, ubicado en Mazatlán, Sinaloa. El capo está recluido actualmente en una cárcel de máxima seguridad de Nueva York.

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