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En las coaliciones electorales para 2018, PRI, PAN y Morena buscan sacar votos de los partidos más chicos que los acompañarán en la boleta, coinciden especialistas.

Las fuerzas minoritarias, en cam bio, se interesan por posiciones en el gobierno a las que no tendrían acceso en solitario, señalaron.

Especialistas consideran que las alianzas no se cristalizan en función de un programa o agenda de gobierno, sino siguiendo la lógica de la suma de votos que cada partido aporta a un eventual candidato.

“Lo que predomina [en las coaliciones] es el cálculo pragmático, ya después ven cómo arreglan la cosa para que tenga cierta legitimidad y se ponen de acuerdo en algunos puntos de un programa y de una agenda, pero eso es en segundo lugar”, explica Alberto Aziz, académico en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

El también articulista de EL UNIVERSAL señala que los partidos grandes se adhieren al principio de que “todo lo que sume es bueno”.

José Antonio Crespo, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), apunta que si los partidos chicos no se beneficiaran aliándose rumbo a las elecciones entonces no lo harían.

En una contienda presidencial, negocian su apoyo a cambio de obtener puestos en el gabinete o en otros órganos. En sus palabras, “los chicos [en coalición] pueden tener una cartera o dos, dependiendo, pero sí pueden obtener algo dentro del propio gobierno que por sí mismos no tendrían”.

Mauricio Merino, del CIDE, plantea que las elecciones de 2018 “serán una prueba de fuego” para los partidos pequeños. Dado que los logotipos de cada uno aparecerán en la boleta, estos tendrán “que hacer campaña, que acreditar por qué la gente preferiría su emblema al del partido que los atrae con mayor potencia” y así conservar su registro.

Salvador Mora Velázquez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, coincide en que “los partidos pequeños se han convertido en actores claves para determinar resultados electorales”.

De ahí que fuerzas como el PRI, PAN y Morena, dice, persigan acompañamientos de otros partidos.

Las formaciones minoritarias, detalla, se reparten puestos de poder en sus cúpulas. Se trata de posiciones que sirven para compensar servicios prestados al partido y que se consiguen gracias a coaliciones. “[Las posiciones se reparten] a aquellos miembros de su élite, sus grupos internos más importantes y reafirman las élites de manera muy fuerte”.

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