politica@eluniversal.com.mx

Andrés Manuel López Obrador es un político difícil de cuidar, afirma Polimnia Romana Sierra Bárcena, quien relata que en la campaña presidencial de 2006, gente armada se le llegó a acercar al tabasqueño, sin que el grupo de seguridad tuviera capacidad para hacerle frente.

Ella coordinó el grupo de Gacelas, entrenadas en Israel, que se dedicaron a cuidar a López Obrador como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, tarea que, acepta, no fue fácil porque López Obrador rompe con todos los protocolos de seguridad para un funcionario público.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la veterinaria de profesión académica dice, ante el rechazo del presidente electo a usar al Estado Mayor Presidencial (EMP) y preferir un grupo de 20 personas de ayudantía, encabezados por el empresario Daniel Asaf, que debe entender que la campaña acabó y hay que gobernar un país.

Para ello, agrega, se requieren cinturones de seguridad no improvisados. El EMP, añade, está preparado para proteger al Presidente y todo el entorno que conlleva.


¿Cuál es la seguridad que debe tener un jefe de Estado?

—En primer lugar, tendríamos que saber en dónde estamos parados y Andrés Manuel [López Obrador] no es una persona fácil de cuidar porque él contradice todas las instrucciones que te dan en un curso de protección a funcionarios, él las tumba de un plumazo porque la prioridad para él no es su persona, no es su integridad física, la prioridad para Andrés Manuel siempre ha sido y, no creo que cambie nunca, es la cercanía con la gente.

¿Esa prioridad del presidente electo puede resultar peligrosa?

—Me parece que no nada más peligroso, sino muy peligroso. Él nunca ha tenido, hasta hoy, los enemigos que va a tener una vez que tome protesta como Presidente de México. En recientes días [vimos], no fue un ataque simplemente, un acercamiento muy brusco de un fanático no sé si religioso, pero se le acercó bruscamente, la gente alrededor se puso nerviosa y evitó que pasara a más. No sabíamos hasta dónde podía llegar.

Andrés Manuel no tiene enemigos, pero el Presidente de México sí los va a tener. Uno de ellos es el narcotráfico, otro de ellos, mucho más peligroso, es la corrupción, específicamente esta que hace hoy negocios con el gobierno y que él no lo va a permitir; él no ha sido responsable de matanzas, de desapariciones. Los padres enojados, dolidos, son mucho más peligrosos que un fanático religioso.

López Obrador planteó un grupo de ayudantía de 20 personas, con licenciatura, ¿son las que se verán nada más?

—Cuando escuché eso pensé dos cosas: la persona que va a estar a cargo de esta ayudantía o no tiene la menor idea de lo que es protección a funcionarios, porque no tiene experiencia previa; o nos están diciendo mentiras y la seguridad no va a estar a cargo de 20 personas sino más, pero quienes van a salir en la foto van a ser 20.

El primer círculo no tiene que estar forzosamente armado, pero los otros círculos sí y me parece también un absurdo pedir que tengan licenciatura como único requisito para formar parte de este equipo. Andrés Manuel me hizo saber en su momento que el principal requisito que él quería que cubrieran las chicas que lo cuidaban era la sensibilidad, el sentido común, no era si tenían o no licenciatura.

El avión presidencial también sería un ejemplo de cómo podríamos ver este asunto de la nueva ayudantía. Yo me pregunto: A estas 20 personas ¿les van a comprar boletos de avión para cada viaje que haga? Con estas preguntas dejamos atrás la austeridad republicana que tanto están anunciando. También me preocupa mucho que caigamos en la privatización de la seguridad del Presidente.

El EMP forma parte de una institución, cuando contratas a particulares (…) podría prestarse a muchas cosas. Las privatizaciones en cuestiones de seguridad nacional me parece que no están aterrizadas aquí.

¿Es muy sencillo acercarse a Andrés Manuel?

—Sumamente sencillo.

Ello representa un peligro...

—Constantemente. Me parece que Andrés Manuel, su equipo, su familia tendrían que reconsiderar la posibilidad de dejar atrás la campaña.

¿Hay que dejar de usar el Jetta (el auto compacto)?

— Exactamente. Rojitas (Roberto Rojas, el chofer) no puede nada más encargarse, tiene que haber otra persona, porque se baja con él y el Jetta queda solo y los vehículos en donde se van a transportar los funcionarios, no pueden estar solos un segundo.

¿No ha aterrizado en el papel que tiene encima?

— Me parece que es así, no ha dejado de ser candidato. Andrés Manuel, yo lo noto ya muy contento porque al principio no estaba expresamente muy feliz (…), incluso hasta de salud lo veo mejor; me parece que ha bajado de peso, que es muy bueno. Me parece buena señal que se deje vestir, que se deje peinar, porque quiere decir que ya está escuchando a la gente que está alrededor de él. Eso me deja pensar que podría ceder también en otras cosas como en la seguridad.

Lo que importa es la presión social, él escucha a la gente. Si es suficientemente fuerte la presión de la gente, podría él reconsiderar no solamente a la persona que estará al frente de su seguridad, sino la forma, incluso tomar en serio el papel del EMP.

¿Cuándo fue la última vez que habló con Andrés Manuel?

— En 2012.

¿Cabe la posibilidad de que haya un acercamiento?

— Me parece que quien tendría que buscarlo es él. Él [López Obrador] es a quien tiene que interesarle.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses