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“La Iglesia de Chiapas nunca condenó a los hermanos indígenas por su levantamiento; al contrario, les enseñó a buscar la justicia por caminos de la paz”, afirmó Raúl Vera, obispo de Saltillo, a 25 años de la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y llamó a los religiosos a no permanecer mudos ante acciones que perjudiquen los derechos de los mexicanos.

El prelado, quien en 1995 fue nombrado obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal, junto a Samuel Ruiz, obispo de ese territorio compartió con EL UNIVERSAL que en aquellos años la Iglesia tuvo un importante papel en el proceso de paz tras el levantamiento zapatista y en la búsqueda de justicia para que los pueblos indígenas fueran sujetos de derecho, con el fin de que fueran partícipes no sólo del gobierno, sino también de las estructuras de la sociedad.

“Dialogamos con las autoridades, con el presidente en turno, que era Ernesto Zedillo, a la Conferencia Episcopal la teníamos informada de cómo iba el diálogo por la paz en Chiapas, siempre estuvimos a favor de la justicia para los indígenas, por un lugar en la Constitución y en la sociedad. A los obispos podría cabernos un reclamo de permanecer mudos ante instauraciones de políticas que quitan derechos a los mexicanos, no podemos permitirlo, la Iglesia no puede seguir cometiendo pecados de omisión, su papel es luchar por la justicia”, enfatizó.

Al recordar que participó en el establecimiento de la paz, Raúl Vera aseguró que la Iglesia rechazó la violencia para alcanzar la justicia que demandaban los pueblos indígenas, pero se ofreció como mediadora para que consiguieran los derechos por lo que luchaban; resaltó que la principal aportación de Samuel Ruiz fue establecer una línea pastoral en la que consideró a los indígenas parte de la construcción de la Iglesia y como sujetos de derechos.

“El principal papel de la Iglesia fue la educación que hizo en la fe para la vida humana, integrar a las comunidades que estaban bajo el cuidado de la diócesis de San Cristóbal, don Samuel trabajó como un obispo en donde la mayor parte eran indígenas y los consideraba a todos de la misma calidad con la misma dignidad, la Iglesia también ayudó en la construcción de crear cooperativas a través de la labor de la Iglesia, en los procesos de liberación por la vía de la paz”, resaltó.

Con el obispo coincidieron especialistas y académicos al argumentar que el levantamiento del EZLN aún es un referente en la lucha por la autonomía de las comunidades indígenas del país y marcó un antes y un después en la historia del país.

Para Pedro de Jesús Faro Navarro, director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el principal aporte del movimiento zapatista fue la construcción de una forma de hacer política en la que los pueblos indígenas han madurado sus formas de organización, sus procesos de justicia, para convertirse en una opción al modelo de los partidos políticos.

“Lo interesante del movimiento zapatista es que no sólo se ha creado su proceso organizativo, sino que han ido creando alianzas con los pueblos originarios a través del fortalecimiento del Congreso Nacional Indígena. Hubo una maduración del movimiento indígena, la claridad política que tienen en su actuar, están convocando a crear una lucha más amplia, nacional e internacional a través de las redes de lucha y rebeldía”, dijo.

Jorge Traslosheros, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, detalló que fueron muchos los factores que coincidieron para que se presentara el movimiento zapatista, como las revoluciones en Centroamérica y la formación de la Iglesia católica con la teología de la liberación que hizo conscientes a los indígenas de ser sujetos de derechos.

Raúl Romero Gallardo, profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, señaló que el EZLN debe ser reconocido por su modelo de autogobierno basado en la autonomía, no solo jurídica, sino política y económica, sostenida a través del trabajo de las comunidades zapatistas en Chiapas.

Joel Ayala Erreguerena, doctor por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, manifestó que al EZLN también se le debe reconocer haber “traído a la escena pública” la voz de las demandas de los pueblos indígenas.

En tanto, Odín Ávila Rojas, académico de la Universidad del Cauca, Colombia, y doctor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que la aparición del EZLN revitalizó a la izquierda en México, que venía a la baja tras el supuesto fraude de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas, porque ayudó a dejar atrás la mentalidad de que no se podía vencer al Partido Revolucionario Institucional (PRI), por lo que estos efectos podrían relacionarse de manera indirecta con el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“El EZLN va cambiando esa mentalidad de derrota, y se refleja de manera indirecta, en otras experiencias como ahora con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, que aunque es un proyecto totalmente distinto y opuesto al zapatismo, en términos de mentalidad es parte de todo ese fenómeno”.

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