Con rostros multicolores, música disco y la destreza de las mujeres malabaristas, integrantes de diversos circos del país realizaron ayer una colorida protesta afuera de Palacio Nacional para exigirle al presidente Andrés Manuel López Obrador su intervención.

Los artistas, payasos, malabaristas, magos y trabajadores del circo acusan que desde hace cinco meses no han podido trabajar debido a la restricción sanitaria a causa de la pandemia.

En el semáforo epidemiológico de la Secretaría de Salud la mayoría del país se encuentra pintado en color naranja, por lo que todavía está lejos que todas las actividades públicas y de esparcimiento estén permitidas. Entre las consignas, una mujer reclamó: “¡Cómo es posible que los bares ya estén abiertos y los circos, que son familiares, no los abran!”.

“Gremio Circense. Necesitamos reabrir las fuentes de trabajo”, “Voltea a vernos”, “Necesitamos trabajar”, rezaban las cartulinas elaboradas por los integrantes de esta comunidad.

Sin perder su sello lúdico, primero los manifestantes se concentraron afuera de la Puerta Mariana de Palacio Nacional; alrededor de las 10:00 horas lograron ingresar a la calle Moneda, al principal acceso del histórico inmueble.

Los guardias de Hacienda y de la Policía Militar que se encargan de la seguridad del Palacio Nacional los veían con cierto alivio, pero no dudaron en cerrar el acceso de Moneda ante la concentración.

Por unos momentos la protesta llevó a los circenses a bloquear la entrada de Moneda, pero tras un acuerdo, el acceso y salida de quienes asisten al inmueble transcurrió con normalidad.

Charly, quien dijo que trabaja como payaso en el Circo Hermanos Corona, lamenta llevar más de cinco meses sin poder hacer reír a niños y niñas.

“Lo único que pedimos es poder trabajar, volver a los circos, para volver a dar alegría y diversión, con todas las medidas y protocolos de salud para seguir trabajando”, señala con un rostro sonriente, pero su voz y su mirada son los de un adulto preocupado.

Señala que de la empresa para la que trabaja dependen al menos 30 familias; que están varados en Eje 5 y Periférico, y que para sobrevivir se han acabado sus ahorros e incluso han salido a trabajar en los semáforos.

Mientras los malabaristas, magos, bailarinas y payasos encontraban una solución a su demanda, en plena calle armaron una función de circo, con mujeres en trajes de lentejuelas que hacían gala de sus cuerpos de gimnastas y contorsionaban sus extremidades hasta el límite.

“Muy buenos días, señor Presidente, estamos aquí esperando que nos atienda, venimos toda la familia del circo, la única petición es que nos dé permiso de trabajar, ese es nuestro más grande deseo, el poder trabajar”, dice otro payasito en tono de presentador.

Así, con la promesa de que analizarán su petición, magos, payasos, equilibristas y bailarinas dieron fin a su función, que lamentan no pueda ser en sus circos, porque parece que los tienen en el olvido o que por lo menos son más importantes los establecimientos de otros rubros que el sano esparcimiento familiar.

Ante la manifestación, la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México informó que el Gobierno capitalino y legisladores del Congreso local mantienen un diálogo con organizaciones circenses para explorar formas de reactivar sus actividades, como autocircos o participaciones de estos grupos en televisión abierta.

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