Al entrar a la plaza Garibaldi, considerada por mexicanos e incluso extranjeros la cuna del mariachi, con faldas largas, botas y un colorido moño, las voces de 15 mujeres te reciben; entre trompetas, acordeón, violines y guitarras, hacen un ambiente sonoro alusivo a la cultura mexicana.

Las Amazonas son un grupo de mujeres mariachi que han destacado por colaborar en la industria musical con personalidades femeninas como Yuridia y Ángela Aguilar, rompiendo el estereotipo de que el mariachi es sólo para hombres.

Ellas han logrado derramar su arte sonoro en lugares en donde por décadas los hombres han sido los más cotizados por el público; eso no las limitó y empujadas por su talento lograron poner en alto la figura de la mujer mariachi a nivel internacional.

Un pulcro traje charro color carmesí con negro, maquillaje llamativo y el cabello recogido decorado con un moño rojo, impone la presencia de cada una de las integrantes de las Amazonas en los escenarios que pisan.

Alejandra Carballido es la pionera del grupo, que desde 2015 vio la luz. Su sueño era compartir escenario con mujeres que no sólo brillaran por cómo lucían, sino también por su talento.

“El repertorio es tan amplio por todas las intérpretes que hay: Lucha Villa, María de Lourdes, Lucha Reyes, Rocío Durcal y las que siguen habiendo, quienes con su música logran transmitir sensaciones, pero con letras que enaltecen la figura femenina, sin cosificarla, y eso es lo que buscamos: tocar música que empodere”, comentó la guitarrista.

En su natal Oaxaca solía escuchar con sus padres la música regional mexicana y de ahí le nació el amor por la misma: “No soy mariachi por herencia, sino por decisión”, comentó la fundadora de la agrupación.

Su voz, recuerda Alejandra Carballido, era lo único que la destacaba en las agrupaciones masculinas en donde inició.

“Me decían: ‘Tráete tu guitarra para que por lo menos se vea que estás haciendo algo’ y ahí se me abrió un mundo”. Al tocar la guitarra se dio cuenta de que las mujeres podían manejar y ejecutar cualquier tipo de instrumentos, más allá de ser sólo un adorno con su voz e imagen.

“Me dio la cosquillita”, comentó, al referirse a cómo comenzó su preparación musical en la Unión Mexicana de Mariachis, con la especialidad armónica en guitarra. Años después estudió un diplomado en música de mariachi en el Sindicato de Trabajadores de la Música. Esta preparación, que le llevó más de 10 años, le ayudó a visualizar que el grupo de sus sueños tenía que estar al mismo nivel profesional que un mariachi de hombres.

Sin embargo, no todo ha sido fácil: pasaron más de 15 años y tres intentos fallidos para conformarse como un conjunto, enfrentando bullying por parte de familiares y colegas.

La guanajuatense Linda Vargas es una de las cofundadoras y una de las primeras en creer en el proyecto de la oaxaqueña, y en conjunto, fueron sumando más mujeres a ese sueño.

Hoy en día, su pago es la satisfacción de ver a los clientes felices y que con su interpretación se le pone “la piel de gallina”.

“Hemos llegado a los eventos y cuando descubren que es un mariachi de puras mujeres les parece una novedad, y eso, en lugar de agüitarnos, nos da la motivación de seguir mostrándoles que nosotras tenemos talento”, manifestó la violinista Linda.

Lo que une a las Amazonas es el ambiente de confianza, compañerismo y respeto que han logrado crear ella y sus colegas, que no habían podido encontrar en los mariachis mixtos.

“Teníamos un sueño compartido, ahora al verlo realizado y poder tocar al lado de mis compañeras, es compartir un sueño haciendo lo que más nos gusta”, finalizó la vocalista.

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