El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas rindió ayer homenaje a las víctimas del atentado terrorista del pasado martes en Nueva York, en el que murieron ocho personas y otras 12 resultaron heridas, mientras que el presidente Donald Trump pidió la pena de muerte para el autor confeso, que según dijo anoche el Estado Islámico (EI), era uno de sus soldados.

En su primera reunión pública desde el ataque, los miembros del Consejo de Seguridad guardaron ayer un minuto de silencio por los fallecidos y los heridos en la ciudad estadounidense, donde la organización tiene su sede central.

Entre las ocho víctimas mortales del atentado se encuentran cinco argentinos y una mujer belga. Vía Twi-tter, Trump pidió la pena de muerte para el uzbeko Sayfullo Saipov, a quien la fiscalía acusó el miércoles por apoyo a la milicia terrorista del EI, así como por violencia con resultado de muerte y destrucción con un vehículo, informó el fiscal Joon Kim. El grupo yihadista aseguró que Saipov era un “soldado” del EI.

En caso de ser declarado culpable, el joven de 29 años podría ser condenado a muerte o recibir la cadena perpetua. El presidente estadounidense tuiteó: “ El terrorista de NYC estaba feliz al pedir que se pusiera la bandera del Estado Islámico en su cuarto de hospital. Mató a 8 personas, hirió a 12. ¡DEBERÍA RECIBIR LA PENA DE MUERTE!”. Luego volvió a tuitear pidiendo la pena de muerte, lo que puede complicar el caso a los fiscales y dar a la defensa una oportunidad de argumentar que los tuits del mandatario afectan el derecho de su cliente de tener un juicio justo.

El uzbeko compareció ante la juez en silla de ruedas, con esposas y grilletes, según relataron medios locales. Durante la vista, que duró unos 10 minutos, contestó algunas preguntas a través de un traductor de ruso, según informó el New York Post.

Sayfullo Saipov, uzbeko, reconoció haber planeado el ataque desde hace meses y dijo que practicó una semana antes del incidente, en el que atropelló a quienes circulaban por una senda peatonal y de ciclistas con una camioneta alquilada y luego chocó contra un autobús escolar cerca del World Trade Center. Según los documentos judiciales, eligió el día de Halloween porque creía que iba a haber más gente en la calle.

La intención de Saipov era embestir más personas hasta llegar al puente de Brooklyn, pero se estrelló contra un autobús escolar, lo cual le obligó a detenerse.

Según The New York Times, cuando llegó a Ohio, Saipov era un contador musulmán moderado de una familia de clase media y tenía grandes sueños, pero las cosas no resultaron ser como él pensaba.

Una familia promedio. La prensa uzbeka dice que Saipov fue educado en una familia “moderna” y “laica” y que no iba a la mezquita. Sus padres venden ropa en un mercado. “Los Saipov son una familia promedio. No son tan religiosos, no siguen los cinco pilares del Corán”, dijo una vecina a una radio uzbeka.

Según el Times, Saipov llegó a EU en 2010 y fue en ese país cuando su carácter se tornó violento, perdió empleos y un imán se preocupaba porque malinterpretaba el Islam de forma creciente. En Ohio trabajó como camionero y se casó con una uzbeka en 2013, con quien tuvo tres hijos.

Cometió varias infracciones de tránsito y la familia se mudó a Paterson, Nueva Jersey para estar más cerca de familiares, pero Saipov seguía descontento. “Es aburrido aquí”, decía a familiares y amigos, y quería regresar a Uzbekistán, según el Times.

Entre los fallecidos en el ataque había cinco turistas argentinos, cuyos familiares comenzaron ayer a llegar a Nueva York para identificar a sus seres queridos y preparar la repatriación a su país.

En este contexto, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, advirtió ayer durante un acto en Nueva York que se utilizarán “todas las herramientas disponibles” para hacer frente al terrorismo y aseguró que se están investigando a “centenares de personas” que llegaron al país como refugiados.

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