Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se comprometió ayer a iniciar una “nueva era de exploración” y a restablecer el dominio y liderazgo de su país en el espacio, en una declaración con motivo del 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna.

“Para honrar a aquellos que nos han precedido y para mejorar el futuro de toda la humanidad, nos comprometemos a iniciar una nueva era de exploración, extendiendo nuestro espíritu pionero a los confines más lejanos del cosmo”, señaló Trump en un mensaje a propósito del Día de la Exploración Espacial.

Apuntó que su gobierno ha “dado instrucciones a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) para que envíe al próximo hombre y la primera mujer a la Luna y dé el siguiente salto gigante (enviar estadounidenses a Marte).

“La exploración sostenida que se extiende desde nuestra Tierra a la Luna, hasta la superficie marciana dará paso a una nueva era del ingenio estadounidense”, que atraerá a numerosas personas “a los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y la defensa”, agregó.

El mandatario estadounidense destacó que su país ha “liderado la búsqueda de la humanidad hacia la gran incógnita”.

Durante el día, el astronauta Buzz Aldrin y el hijo de Neil Armstrong, Rick, viajaron a Florida con el vicepresidente Mike Pence para visitar la plataforma de lanzamiento del Apolo 11 y el edificio donde los astronautas se prepararon para el despegue el 16 de julio de 1969. Pence afirmó que el destino de Estados Unidos es ser un líder en la aventura hacia lo desconocido.

Pence destacó que su país ha logrado un “hito histórico”, al referirse a que el vehículo de la tripulación Nasa Orión, para la misión Artemisa 1, está completo y listo para comenzar los preparativos para su primer vuelo.

También se informó que la NASA marcó ayer el momento exacto del primer alunizaje de la historia, emitiendo la grabación en vivo de aquella hazaña que más de 500 millones de personas en el mundo vieron por televisión.

Además, se difundió que la nave rusa Soyuz MS-13 se acopló, seis horas y 20 minutos después de despegar desde el cosmódromo de Baikonur, Kazajistán, a la Estación Espacial Internacional (EEI), en una misión que homenajeó al Apolo 11 y que busca seguir allanando el camino hacia un nuevo rumbo: Marte.

Al igual que hace 50 años, la insignia de la Soyuz MS-13 no incluye los nombres de los astronautas, porque sus resultados, como los de Apolo 11, “pertenecerán a toda la humanidad”.

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