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Stacey Abrams
está acostumbrada a que le cierren las puertas. Pero también a no rendirse hasta que se abran. A sus 44 años, esta mujer busca convertirse en la primera gobernadora afroestadounidense en la historia de Estados Unidos .
Y busca lograrlo en un estado sureño conservador como es Georgia , donde los ecos de la época de la segregación racial aún resuenan y con una población afroamericana de 32%.
Abrams, quien goza del apoyo de figuras como Oprah Winfrey, ha tenido que luchar contracorriente.
Ella y sus cinco hermanos crecieron en Gulfort, Mississippi, en una familia que tuvo que pelear por poder sobrevivir económicamente.
Aun así, Abrams se esforzó y se graduó del colegio de artes Spelman y de la Escuela de Leyes de Yale. Ese fue el principio. Deseosa por ser “la voz” de quienes no la tienen, según ha dicho, comenzó su carrera política en 1992.
Un hecho, que ha sido retomado por medios estadounidenses, la marcó para siempre. Invitada durante su época de estudiante a la casa del gobernador, Abrams llegó en transporte público, acompañada por sus padres. Al ver a la familia, un guardia de seguridad le impidió el paso: “Nos dijo: Ustedes no pertenecen aquí”.
“Sé lo que se siente que te digan que no eres suficiente, que no perteneces, y el papel que un gobernador puede jugar en Georgia y en Estados Unidos es asegurarse de que cada persona crea que pertenece”, dijo, citada por NBC, sobre aquel incidente.
De convertirse en gobernadora, Abrams continuará con su historial de “primeras veces”: en 2010, se convirtió en la primera mujer en liderar algún partido político en la Asamblea General de Georgia y en la primera afroestadounidense en presidir la Cámara de Representantes estatal, de acuerdo con el sitio web de su campaña.
Fundadora del grupo The New Georgia Project, ayudó a lograr que más de 200 mil afroestadounidenses se registraran para votar entre 2014 y 2016.
Además de la política, Abrams es una apasionada de la literatura. Ha escrito ocho novelas de suspenso-romántico, firmadas bajo el seudónimo de Selena Montgomery, como Pecados Escondidos y Secretos y Mentiras.
Hoy, de nueva cuenta, lucha contracorriente, con un rival, el secretario general estatal, Brian Kemp, acusado de aprovechar su posición para suprimir el voto de las minorías. Su otro gran enemigo es el miedo, impulsado desde la misma Casa Blanca. “Van a hacer que Georgia se convierta en Venezuela”, advirtió el presidente Donald Trump el domingo a los votantes, al describir a Abrams como una candidata de “extrema izquierda”.
rmlgv