Nueva York .— El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reconoció ayer que la guerra contra las drogas no ha tenido éxito y pidió otro enfoque internacional, subrayando que el narcotráfico es la principal amenaza a la paz en su país.

“La guerra que declaró el mundo contra las drogas hace más de 40 años, no se ha ganado. La estrategia basada exclusivamente en la prohibición y la represión sólo ha generado más muertos, más presos, más organizaciones criminales más peligrosas”, dijo Santos en un discurso ante la Asamblea General de la ONU.

El presidente colombiano, quien intervino en una reunión de alto nivel sobre paz, recordó que en Colombia el narcotráfico “ha alimentado el conflicto y el conflicto ha dificultado combatir efectivamente al narcotráfico”.

“Hoy el narcotráfico sigue siendo la principal amenaza contra la paz. Los cárteles transnacionales asesinan a líderes sociales comprometidos con la sustitución de cultivos. La lucha por tomar el control del negocio, que seguirá siendo negocio mientras la demanda siga existiendo, genera muertos y más violencia en Colombia y en la región, como lo vivimos hace una semana en Ecuador”, apuntó.

Por ello, Santos defendió que el mundo tiene “que cambiar la estrategia mundial para superar el problema de las drogas”, si quiere acabar con “la muerte y destrucción social” que causa el narcotráfico.

“Quiero reiterar una vez más mi llamado urgente al mundo para que abramos los ojos. Que reconozcamos que si seguimos haciendo lo mismo, seguiremos teniendo los mismos resultados: más presos, más muertos, mafias más fuertes”, insistió.

“Bajo el principio de corresponsabilidad trabajemos juntos para reducir la demanda y para castigar las organizaciones criminales transnacionales que se lucran del negocio y siembran dolor y muerte a su paso”, pidió.

En tanto, el vicepresidente colombiano Óscar Naranjo viajó el lunes a la zona de Catatumbo, cerca de la frontera con Venezuela, afectada por la violencia de grupos ilegales y del narcotráfico que ha ocasionado el cierre de comercios, carreteras y el desplazamiento de más de 3 mil personas.

Antes de viajar a EU, Santos ordenó a Naranjo y a los miembros de las fuerzas militares controlar la situación en esa zona del departamento de Norte de Santander. Naranjo, quien llegó acompañado del ministro del Interior, Guillermo Rivera, aseguró que algo más de 12 mil uniformados se encargarán de proteger a las comunidades afectadas e instalarán un puesto de mando unificado para propiciar la apertura de corredores humanitarios “con caravanas que permitan la libre movilidad y libre circulación de las personas, y que haya abastecimiento de víveres en la zona”.

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