Riad.— El rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz, dio ayer su discurso anual ante el Consejo Shura, en el que pidió una solución política en Yemen y Siria, abogó por el fin del terrorismo, pero omitió el caso del periodista Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado saudita en Estambul.

En presencia del príncipe heredero, Mohammed bin Salman bin Abdulaziz, a quien la CIA señala como el autor intelectual del homicidio del periodista, destacó que Bin Salman está enfocado en el desarrollo de capacidades humanas y en la preparación de la nueva generación.

“El reino fue fundado con un enfoque islámico que se basa en la aplicación de la justicia y la igualdad. Estamos orgullosos de los esfuerzos de los juces y los hombres de la Fiscalía General para realizar su deber”, afirmó el rey, y dijo que “a quien sigue la verdad, no le importa que le echen la culpa”.

En tanto, Alemania paralizó ayer las exportaciones de armas a Arabia Saudita e impuso sanciones a 18 ciudadanos de ese país, presuntamente implicados en el asesinato, quienes no podrán viajar al país europeo en respuesta al asesinato del periodista disidente, según anunció el gobierno.

Los sancionados son los 15 miembros del presunto comando asesino y otras tres personas sospechosas de participar en la planificación, sin incluir al príncipe.

También EU sancionó a 17 ex funcionarios sauditas la semana pasada, sin incluir al heredero. Reino Unido anunció en octubre que impediría la entrada al país a los implicados en el asesinato.

El príncipe saudita, bajo presión por el asesinato de Khashoggi, asistirá a la cumbre del G20 en Buenos Aires a fines de mes en representación de su país, afirmó ayer el ministro de Energía saudita Jalid al-Falih.

La participación del príncipe se llevará a cabo en el marco de un viaje al exterior, indicó el ministro. Mohamed bin Salman es sospechoso de ser el instigador del asesinato de Khashoggi.

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