Tres mujeres que acusan de acoso sexual al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidieron ayer al Congreso del país investigar la conducta del mandatario, al tiempo que la Casa Blanca insistió en que sus señalamientos son “falsos”.

Rachel Crooks, Jessica Leeds y Samantha Holvey, quienes ya denunciaron a Trump durante la campaña presidencial del año pasado, instaron a que el presidente sea responsabilizado por sus actos.

Crooks, quien afirma que el presidente la besó en la boca en 2005 cuando ella se le presentó en la Trump Tower, instó a los legisladores a “dejar de lado sus afiliaciones partidarias e investigar la historia de mala conducta sexual de Trump”.

“Quiero creer que, como estadounidenses, podemos dejar de lado nuestras inclinaciones políticas y admitir que algunas cosas, de hecho, trascienden la política”, dijo en un foro en Nueva York. Agregó que si el Congreso considera investigar al senador acusado de abusos sexuales Al Franken, es justo hacerlo también con el presidente.

Leeds subrayó que las acusaciones de acoso sexual surgidas tras el escándalo del magnate de Hollywood Harvey Weinstein evidenciaron que algunos depredadores sexuales sí rinden cuentas de sus actos.

“En otras parcelas de la sociedad se está haciendo responsable a la gente por conductas inapropiadas, pero no al presidente”, lamentó.

Crooks, quien dijo confiar en que Trump sea puesto “al nivel” que “Weinstein y los otros hombres que fueron responsabilizados por su reprobable comportamiento”.

La Casa Blanca rápidamente desestimó como “falsos” los dichos de las tres mujeres, quienes más temprano también aparecieron en la cadena de televisión nacional NBC e para compartir sus historias más de un año después de hacerlas públicas por primera vez.

“Estas afirmaciones falsas, totalmente cuestionadas en la mayoría de los casos por testigos presenciales, fueron tratadas extensamente durante la campaña del año pasado, y el pueblo estadounidense expresó su opinión al otorgarle [al presidente] una victoria decisiva”, dijo un vocero de la Casa Blanca.

“El momento y lo absurdo de estas afirmaciones falsas dice mucho y la campaña de publicidad que ha comenzado no hace más que confirmar los motivos políticos que hay detrás”, añadió.

Esta afirmación se produce al amparo de la ola de acusaciones de acoso sexual en el mundo del espectáculo, la política y la cultura, que ha llevado al despido de actores y productores, así como al anuncio de dimisión de políticos de primera línea, como los legisladores demócratas Al Franken y John Conyers.

El domingo la embajadora ante la ONU, Nikki Haley, dijo que las mujeres que acusan a Trump “deben ser escuchadas”.

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