Managua.— Al menos dos personas fallecidas y el incendio de unas oficinas del gobernante Frente Sandinista es el resultado de nuevos incidentes violentos ocurridos la noche del sábado en varias zonas de Nicaragua, mientras el cardenal Leopoldo Brenes llamó a la población a dialogar con vecinos y familiares ante la crisis.

El gobierno informó del deceso de una persona en la provincia de Boaco, luego de ataques armados que sucedieron el viernes, lo que aumentaría a 22 los muertos reconocidos oficialmente desde que se iniciaron las protestas el 18 de abril.

Además, extraoficialmente se informó del fallecimiento de un joven, cuyos restos con aparentes señales de tortura fueron encontrados en un terreno al suroeste de Managua.

El cuerpo de Keller Pérez Duarte fue encontrado tirado, en un lugar conocido como la Cuesta El Plomo, donde el ex presidente Anastasio Somoza lanzaba los cadáveres de los guerrilleros asesinados. Grupos de manifestantes señalaron públicamente que Pérez Duarte es una víctima más de la crisis que atraviesa el país.

En Ometepe, personas que marcharon exigiendo la renuncia del presidente Daniel Ortega prendieron fuego a la sede del partido sandinista en la ciudad de Altagracia, después de que simpatizantes progubernamentales los agredieran. El líder del movimiento campesino en Ometepe, Henry Ruiz, aseguró: “Todo era pacífico [hasta que] hubo una provocación y el pueblo no soportó. Fuimos atacados por simpatizantes del gobierno con piedras y morterazos [explosivos caseros]”. El portal oficial El 19 atribuyó el incidente a “grupos de delincuentes pagados por la derecha”.

En Managua, tras concluir una manifestación antigubernamental de miles de personas, cientos de opositores derribaron la noche del sábado al menos cinco “arbolatas”, que son grandes estructuras metálicas y luminosas.

Mientras tanto, al oficiar una misa en la catedral metropolitana de Managua, el cardenal Brenes declaró: “La paz no se da solamente en el auditorio del seminario [de la Conferencia Episcopal]. No. Tiene que proyectarse más allá, entre los vecinos, las familias y las comunidades”.

En tanto, el director de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos, Alvaro Leiva, dijo al diario La Prensa que más de 300 policías fueron retenidos por haber presentado sus renuncias y negarse a reprimir protestas.

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