Cientos de personas se congregaron ayer en las proximidades de la Casa Blanca para mostrar su desacuerdo con las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y para exigir al gobierno que encuentre una solución a las 690 mil personas que ingresaron ilegalmente en el país siendo niños.

El acto fue organizado por diversas organizaciones sociales, como la Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU) y United We Dream, cuya estrategia fue emplear las propias palabras de Trump, que en algunas ocasiones ha mostrado cierta simpatía por los inmigrantes, con el propósito de hacerle cumplir su palabra.

En septiembre pasado, Trump anunció que acabaría con el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), impulsado en 2012 por el gobierno de Barack Obama, y dio al Congreso hasta el 5 de marzo para aprobar una alternativa que ofreciera una solución migratoria permanente a esos jóvenes, llamados dreamers.

Sin embargo, en enero, Trump anunció que sólo aceptaría un reemplazo del DACA si iba condicionado a otros tres temas: fondos para la construcción del muro con México, la eliminación de una lotería que sortea visados a países con baja tasa de emigrantes a EU y la imposición de trabas a la reunificación familiar de los inmigrantes legales.

Por este motivo, no fue extraño ver a manifestantes portando pancartas pidiendo al presidente que “no deporte a la juventud inmigrante”.

El acto sirvió además para que la ACLU presentara una campaña publicitaria con la que buscarán concientizar al presidente mediante spots y anuncios en la prensa. En consonancia con la estrategia empleada durante la protesta, en el anuncio televisivo se puede ver a Trump diciendo “amo a estos jóvenes” a lo que la ACLU responde: “Trump, es hora de demostrar tu amor”.

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