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Teherán.- La periodista Narges Mohammadi lucha desde hace tres décadas por los derechos de la mujer en Irán, una indómita labor que le ha costado años en prisiones y recibir hoy encarcelada el Premio Nobel de la Paz.
Una de las más importantes activistas por los derechos humanos en el Irán de los ayatolás, Mohammadi recibe el prestigioso galardón en la prisión Evin, donde cumple una condena de 10 años por “la difusión de propaganda contra el estado”.
Mohammadi, de 51 años, ha vivido las últimas décadas entrando y saliendo de prisiones iraníes por su constante lucha contra algunos de los pilares de la República Islámica, como son la pena de muerte, el aborto o el obligatorio velo.
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Las encarcelaciones no le han impedido sin embargo continuar su lucha tras los barrotes, desde donde ha escrito artículos, fomentado la desobediencia civil y dado su apoyo a las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini en 2022.
Activismo
La activista nació en la norteña ciudad de Zanjan en 1972 en el seno de una familia de clase media, hija de un cocinero y agricultor.
Estudió Física y trabajó como ingeniera, pero enfocó su carrera al periodismo y pronto comenzó a colaborar con grupos de la sociedad civil para trabajar por los derechos de las mujeres y las minorías.
Esas inquietudes políticas la llevaron a unirse al Centro de Defensores de los Derechos Humanos, grupo fundado por la abogada iraní Shirin Ebadi, Nobel de la Paz en 2003, y centrado en la abolición de la pena de muerte.
Su activismo le ha costado 13 detenciones y cinco condenas por un total de 31 años de prisión y 154 latigazos. En estos momentos la Judicatura iraní tiene abiertos tres procesos más contra ella.
Su marido, Taghi Rahmani, ha pasado 14 años entre rejas, también por su activismo, y vive exiliado en París, con sus hijos gemelos, que no ven a su madre desde hace años.
Su valentía ha valido a Mohammadi numerosos reconocimientos, como el Premio al Coraje de Reporteros Sin Fronteras de 2022 o el premio de la Unesco Guillermo Cano a la Libertad de Prensa el año pasado.
“Narges Mohammadi ha sido una indómita voz contra la represión del Gobierno iraní a pesar de ser uno de sus más perseguidos objetivos”, dijo de ella Kenneth Roth, el director de Human Rights Watch entre 1993 y 2022.
El Premio Nobel, con sede en Oslo, recompensa a Mohammadi "por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha para promover los derechos humanos y la libertad para todos".
El comité noruego declaró que el premio "también reconoce a los cientos de miles de personas que se han manifestado contra las políticas de discriminación y opresión del régimen teocrático contra las mujeres”.
El Nobel reconoce así también a los miles de personas que se echaron a las calles iraníes para pedir más libertades tras la muerte de Mahsa Amini, tras ser detenida por la llamada policía de la moral en septiembre de 2022.
Los manifestantes pedían el fin de la República Islámica en unas protestas que se apagaron tras una fuerte represión estatal que causó 500 muertos, miles detenidos y en las que fueron ejecutadas siete personas.
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