El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, aseguró ayer que los principios y políticas migratorias del presidente Donald Trump son “un aliento de aire fresco” para un país aquejado del “problema” de los migrantes y la seguridad, y que hasta ahora, en su opinión, no hacía nada para paliarlo.

“A principios de este mes, el presidente divulgó sus principios para arreglar nuestro sistema migratorio. Déjenme decir que son un aliento de aire fresco”, declaró Sessions en Austin, Texas, una de las ciudades que se han declarado santuario para los indocumentados en la Unión Americana.

“Bajo su gran liderazgo por fin nos estamos poniendo serios con el crimen y la ley, y con la inmigración ilegal”, se felicitó el fiscal general, uno de los impulsores de los pilares antiinmigración de la administración del magnate.

Entre los principios que presentó Trump como básicos para su política de seguridad estaban, entre otros, el fin de la “migración en cadena”, la construcción del prometido muro en la frontera con México, un sistema migratorio meritocrático y el incremento de agentes de la patrullas fronteriza y de migración.

“Por décadas, el pueblo estadounidense ha pedido y suplicado a nuestros cargos públicos un sistema migratorio que sea legal y que sirva al interés nacional. Ahora tenemos un presidente que lo lidera”, aplaudió el fiscal.

Sessions hizo un repaso a todos los frentes a los que la administración Trump está atacando en el ámbito migratorio con la justificación de la seguridad y el cumplimiento de la legislación estadounidense.

El muro “hará más difícil que los indocumentados entren al país” y, “más importante”, enviará un “mensaje” de que en Estados Unidios se cumplen las leyes.

El cambio de estrategia migratoria a un sistema de “puntos”, necesario porque “no podemos aceptar a todo el mundo”, servirá para que no entren “borrachos ni pedófilos”, únicamente “los que quieran florecer”.

Sessions hizo especial énfasis en el programa DACA, que protegía a centenares de jóvenes indocumentados de la deportación y que Trump ha decidido cancelar.

Según el fiscal general, este recurso, decretado por Barack Obama en 2012, “animó a decenas de miles de jóvenes a hacer el viaje hacia el norte incentivados a entrar de forma ilegal”, algo que el presidente quiere “parar” con la derogación.

“Tenemos las leyes migratorias más generosas del mundo. Y durante décadas siempre hemos retirado la aplicación efectiva de la ley”, se quejó Sessions; sin embargo, prometió que no más.

“Es muy fácil engañar a nuestro sistema, ahora mismo. El presidente Trump lo va a arreglar: su plan cierra los vacíos y frena los incentivos por peticiones falsas de asilo”, resumió el fiscal.

Estando en Texas no podía dejar de comentar la controversial ley SB4 de prohibición de lugares santuario en el estado, bloqueada por una corte federal y pendiente de apelación.

“Confío en que Texas prevaldrá en la corte. Urjo a las denominadas jurisdicciones “santuario” que reconsideren sus políticas”, instó el ministro de justicia de Estados Unidos, alegando que ponen en “riesgo” la seguridad de los ciudadanos.

Austin es, precisamente, territorio hostil en su aplicación de mano dura contra los migrantes indocumentados en EU.

“No toleraremos la pérdida de vidas inocentes por culpa de un manojo de jurisdicciones que creen estar por encima de la ley”, amenazó, un ataque directo hacia ciudades santuario como Austin y en presencia de la alguacil Sally Hernández, impulsora de la medida de protección en el condado.

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