Managua.— Una huelga nacional de 24 horas convocada por la opositora Alianza Cívica paralizó ayer a Nicaragua, en vísperas del reinicio de un diálogo con el gobierno y en medio de nuevos ataques de policías y paramilitares contra manifestantes civiles que hizo elevar la cifra de muertos a más de 160 en casi dos meses.

Calles desérticas, mercados cerrados a cal y canto, restaurantes con la verja echada, estaciones de autobús sin pasajeros, gasolineras clausuradas, así lució Managua como consecuencia del paro, que fue casi general en los departamentos de Masaya, Granada (sur), Matagalpa, Estelí, Nueva Segovia (norte) y León (noroeste).

La huelga fue convocada para exigirle al presidente Daniel Ortega que cese la represión y vuelva a la mesa del diálogo nacional para discutir, entre otros puntos, su salida del gobierno, según dijeron los miembros de la Alianza Cívica que agrupa a estudiantes, empresarios y sociedad civil. El miércoles, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora en el diálogo, reveló que el mandatario aceptó reanudar el proceso y que volverán a reunirse hoy. El mandatario no estará presente; en su lugar, estará el canciller Denis Moncada.

Además del paro, miles de personas salieron a las calles con cacerolas, cubetas, cucharas, bubucelas, morteros y todo lo que pudiera sonar. En algunos barrios de Managua el silencio de la inactividad dio paso a canciones que hace 40 años sonaron contra el dictador Anastasio Somoza Debayle.

En diversas ciudades la gente salió con sus instrumentos de hacer bulla a las calles. La gente también gritó consignas como “¡pueblo, únete!” o “¡de que se van, se van!”, en referencia a Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

En Nagarote (noroeste), Tipitapa (Managua), Masatepe (sur) fallecieron tres personas en ataques armados contra las barricadas de manifestantes que protestan contra el gobierno, dijo a la AFP la directora ejecutiva del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Marlin Sierra. El obispo Silvio Báez denunció la muerte, por una bala en el cuello, de un monaguillo de 15 años quien quedó atrapado en medio de un ataque sorpresa de paramilitares en la ciudad de León.

Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), los muertos desde el 18 de abril suman 164 y hay unos mil 400 heridos.

Consultada por DPA, la abogada Azahálea Solís, dirigente de la Alianza Cívica, declaró que acudirán al diálogo para demandar un “alto inmediato a la represión gubernamental” e insistir en la renuncia del presidente. “El tiempo de Ortega se agotó y nuestra posición es inamovible: debe dejar el poder”, dijo Solís. También reveló que la semana pasada los opositores se entrevistaron en Managua con Caleb McCarry, enviado del republicano Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos.

McCarry, quien también se reunió por separado con Ortega y con los obispos, les dijo que el mandatario de 72 años estaría anuente a adelantar las elecciones de 2021 sin retirarse del gobierno, algo que Solís calificó de “inaceptable”.

Los universitarios nicaragüenses coincidieron. “Queremos su renuncia inmediata [de Ortega] y que acepte la instalación de una junta de gobierno transitoria, mientras se realizan las reformas constitucionales que todos estamos pidiendo y que nos permitirán convocar elecciones libres”, subrayó Victor Cuadras.

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