París.— Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en París contra las políticas del presidente francés, Emmanuel Macron, de cuya elección se cumple un año el lunes y a quien acusaron de ser un “mandatario de ricos”.

Los manifestantes recorrieron el centro de la capital gala portando pancartas con lemas como: “Detengan a Macron”, a quien compararon con el rey Luis XVI. Las protestas iban dirigidas contra varias reformas puestas en marcha por el presidente y su gobierno.

La policía cifró el número de participantes en 40 mil, mientras que el partido de izquierda Francia Insumisa, que apoyó las acciones, habló de hasta 160 mil manifestantes. Se desplegó un amplio operativo, sobre todo después de los disturbios ocurridos al margen de las manifestaciones del 1 de mayo en París. La policía anunció que desplegaría 2 mil agentes.

Por la tarde, decenas de personas encapuchadas atacaron una unidad móvil de la radio. Según la emisora France Info, los atacantes arrojaron una bomba de humo al interior del vehículo, sin que se registraran heridos. La prefectura de la policía de París dijo que no se produjeron importantes incidentes durante la manifestación.

El recorrido por el centro de la ciudad, entre la plaza de la Ópera y la de la Bastilla, se desarrolló como lo había querido su promotor, el diputado de Francia Insumisa François Ruffin, en un ambiente festivo y de buen humor.

“Somos una concentración feliz y sonriente. Una concentración que condena la violencia y en primer lugar la violencia verbal de los todopoderosos”, dijo el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélénchon. También hubo marchas de menor tamaño en otras ciudades de Francia, como Toulouse y Burdeos.

En la convocatoria se hizo hincapié en que se va a cumplir un año desde que Macron lleva las riendas del país “actuando como un Robin de los Bosques al revés: quitándoles a los pobres para dar a los ricos”.

Ruffin se esforzó en señalar que mientras se han reducido una serie de ayudas sociales para los comedores escolares o para las asociaciones, el jefe del Estado acaba de hacer “un regalo de mil millones a los más ricos del país” con la supresión del impuesto conocido como exit tax para los que tienen un importante patrimonio y establecen su domicilio fiscal en el extranjero.

Unas críticas que se hacen eco de una idea muy extendida, y confirmada por una encuesta del instituto demoscópico Odoxa, publicada ayer, según la cual 72 % de los franceses lo consideran “presidente de los ricos”. Entre los participantes en la manifestación de ayer había representantes de los trabajadores del ferrocarril, que están en huelga desde hace semanas.

Macron vivió las protestas a miles de kilómetros, puesto que ayer finalizó su visita al territorio francés de ultramar Nueva Caledonia, en el Pacífico Sur.

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