Los países que azotó el huracán Irma la semana pasada continúan intentando recuperarse. En Cuba, una de las prioridades es restablecer la energía eléctrica, mientras que en Haití miles de personas aún permanecen en alojamientos temporales en el norte del país.

La Habana, donde el intenso meteoro se despidió de Cuba, amaneció ayer sin grandes estragos, pero con su emblemático Malecón devorado por la furia de las inmensas olas causadas por Irma.

Casi toda la ciudad se quedó sin servicio de electricidad, desconectada preventivamente antes de comenzar el embate de Irma, que también dejó anegadas calles aledañas al paseo marítimo del litoral.

El presidente cubano, Raúl Castro, emitió ayer una orden para que se prioricen los trabajos de recuperación del suministro eléctrico en todas las zonas afectadas.

La empresa estatal Unión Eléctrica deberá concentrar “los trabajos especializados y reducir el tiempo de afectación eléctrica de la población y los centros vitales de la economía”, se indicó en la nota oficial.

“El huracán Irma ha impactado con fuerza en la infraestructura eléctrica de prácticamente todo el país, lo que impide concentrar las brigadas especializadas de linieros en una zona en particular”, señaló el texto. Ante esta situación, Castro aprobó la creación de brigadas mixtas en las que la población ayude en “los trabajos de limpieza, poda, apertura de huecos y acarreo de postes”, mientras la Unión Eléctrica realizará los trabajos más especializados.

Las autoridades cubanas están evaluando los daños provocados por el huracán, que durante dos días atravesó por la costa norte de la isla. Uno de los rubros más afectadas por Irma es el turismo, especialmente en los destinos de sol y playa.

En Haití, miles de personas permanecen en alojamientos temporales, principalmente en el norte del país, la zona más afectada por el paso del meteoro, que dejó un saldo de un desaparecido y dos heridos, además de daños materiales.

El gobierno haitiano no ha publicado informe alguno sobre las pérdidas, menores de lo que se esperaba. Diferentes organizaciones humanitarias como Oxfam o el Programa Mundial de Alimentos (PMA) trabajan sobre el terreno, atendiendo a los afectados que en algunos casos lo han perdido todo.

El primer ministro del país, Jack Guy Lafontant, visitó ayer albergues y supervisó los trabajados de protección civil. “Con lo poco que tenemos vamos a responder adecuadamente”, aseguró.

En Antigua y Barbuda y las Antillas Menores también buscan cómo resurgir tras recibir el embate de los huracanes, Irma y José, en cuatro días, que han dejado hasta el momento unos 29 muertos. Esas islas, entre ellas San Martín y Santo Tomás, fueron arrasadas por las lluvias y los vientos de más de 200 kilómetros por hora causadas el pasado miércoles por el paso del huracán Irma.

Las autoridades de República Dominicana trabajan en reparar los daños del huracán y redujeron ayer de 12 a cinco el número de provincias en alerta.

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