El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) aprobó ayer unánimemente una resolución que exige un cese del fuego de 30 días “sin demora” en toda Siria, para poder entregar ayuda humanitaria a millones de personas y evacuar a heridos y enfermos graves. Una semana de intensos ataques aéreos, de artillería y con misiles en el enclave rebelde de Guta Oriental ha dejado más de 500 muertos, incluyendo 127 menores, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Tras la resistencia inicial de Rusia y días de negociación, los 15 miembros del Consejo votaron unánimemente a favor. Sin embargo, la resolución no contiene medios de presión legales para imponer el cese del fuego.

El Consejo “insta a todas las partes sin dilación a suspender las hostilidades por un periodo de tiempo de al menos 30 días consecutivos en toda Siria”, señala el documento.

La resolución pretende permitir que llegue ayuda humanitaria a las zonas sitiadas y que las organizaciones de la ONU y sus aliados puedan trasladar a las víctimas de la guerra a un lugar seguro. “Los convoyes de la ONU y los equipos de evacuación están dispuestos”, dijo el embajador sueco ante Naciones Unidas, Olof Skoog.

En el texto se indica que 5.6 millones de personas en mil 244 comunidades tienen “necesidades críticas”, incluyendo 2.9 millones de personas en lugares sitiados o de difícil acceso.

Las intervenciones militares contra grupos terroristas como el Estado Islámico, Al-Qaeda y Al Nusra quedarían excluidas de la tregua. Suecia y Kuwait presentaron juntos la propuesta de resolución, pero no se estableció hora para el inicio del cese de fuego ni está claro si la propuesta será acatada por las partes en conflicto y en qué medida. Ése fue, entre otros, el motivo de las objeciones y propuestas de modificación de parte de Rusia, señaló el embajador ruso ante la ONU, Vassili Nebenya. “Hacemos todo lo posible para normalizar la situación”, afirmó.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, criticó a Moscú por haber postergado intencionalmente la votación. Su colega francesa, François Delattre, comentó: “Cada minuto cuenta, porque puede llevar a la pérdida de vidas”. Rusia e Irán son claves, dijo el embajador sustituto de Reino Unido, Stephen Hickey, ya que ambos son aliados del presidente sirio, Bashar al-Assad.

Mientras tanto, las tropas del gobierno sirio seguían atacando intensamente la zona rebelde de Guta Oriental. La región es controlada predominantemente por milicias islámicas, cerca de la capital Damasco.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que la última semana de enfrentamientos dejó al menos 510 muertos, entre ellos 127 menores. Al menos 32 civiles, de ellos ocho niños y ocho mujeres, fallecieron ayer en bombardeos de aviones de guerra sobre Duma, Harasta, Zamalka, Beit Saua y Al Shifunia. La ONG contabilizó más de 2 mil 300 heridos en los pasados seis días. Denunció que los lesionados sufren la escasez de suministros médicos, debido al bloqueo gubernamental.

Además de la violencia, los habitantes de Guta Oriental padecen hambre por la carestía de productos. Uno de los habitantes dijo al Observatorio que “quien no muere por los misiles, proyectiles y bombardeos del régimen o por los ataques rusos, lo hace de hambre”.

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