Managua.— Opositores nicaragüenses, incluidos gays con banderas multicolores en la calle y católicos dentro de las iglesias, exigieron ayer la renuncia del presidente Daniel Ortega y el cese de la violencia que ha dejado casi 300 muertos en poco más de dos meses de protestas.

Sonando bocinas, con paraguas y pañuelos de colores, y banderas nicaragüenses, grupos del movimiento de diversidad sexual se manifestaron en una céntrica avenida del suroeste de Managua. “En esta dictadura también nos hemos sentido sin derechos. Somos parte de esta nueva revolución. Ortega tiene que irse”, dijo a AFP Dámaso Vargas, transgénero de 25 años que dijo vestir de negro por “los asesinados” y “la muerte de la República”.

En otro punto de la ciudad, el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw presidía la misa del Santísimo en la Catedral: “El papa Francisco nos pide ser constructores de la paz de Cristo, llamando a que cese toda violencia, que se evite un inútil derramamiento de sangre”, dijo en la homilía.

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) urgieron al gobierno a disolver los grupos paramilitares y a “detener la represión” de las protestas cívicas, durante una reunión con una misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH). “No más personas muertas por antimotines ni paramilitares”, subrayó el obispo de Managua, Silvio Báez, al señalar que el conflicto ha dejado 285 víctimas, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).

La Red Latinoamericana Jóvenes por la Democracia convocó a través de las redes sociales a una vigilia mundial para este sábado. Según Edipcia Dubón, miembro de la ONG, al menos 50 ciudades de América y Europa se sumarán a este acto.

Las vigilias se realizarán en plazas o parques públicos y los participantes podrán vestir de negro o de blanco, portando banderas de Nicaragua y carteles alusivos a las protestas.

Estos actos coincidirán con la “Marcha de las flores” que tendrá lugar en Managua y diversas ciudades y pueblos del país, para exigir justicia y honrar a los fallecidos.

Una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó ayer una visita sorpresa a la cárcel de máxima seguridad El Chipote, en Managua, para conocer la situación de los nicaragüenses detenidos en el marco de las protestas. Sin embargo, de acuerdo con el diario La Prensa, luego de dos horas la misión tuvo que retirarse, ya que las autoridades no les dieron el permiso para inspeccionar las condiciones de los detenidos.

Un informe de la CIDH, presentado el 22 de junio ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, advirtió de la existencia en Nicaragua de “un patrón de detenciones arbitrarias” en perjuicio de jóvenes en el contexto de las protestas. El equipo de expertos de la CIDH que investigará las muertes ocurridas en medio de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua instalará en el país el próximo martes. La misión es un requisito de la mesa de diálogo entre el gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, con mediación del Episcopado.

En tanto, un grupo de periodistas, fotógrafos, blogueros y dueños de medios de comunicación independientes denunciaron “asedios y amenazas” por parte de personas y grupos ligados al gobierno y demandaron “una política de cero tolerancia ante las agresiones contra periodistas”.

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