Nueva York.— Las crisis migratorias que vive el mundo, entre ellas las del continente americano, sólo pueden resolverse a través de un diálogo entre las partes involucradas y la ONU está dispuesta a provocarlo, asegura en entrevista con EL UNIVERSAL la ecuatoriana María Fernanda Espinosa Garcés, quien hoy jura como presidenta de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Las puertas de diálogo no están cerradas en esos casos y el rol del sistema de Naciones Unidas es provocar precisamente que los Estados involucrados se sienten a conversar y a dialogar. No hay otra manera”, dijo en su despacho en el piso noveno de uno de los edificios del complejo de la ONU en Nueva York.

El tema migratorio tiene dos focos fundamentales en el hemisferio: la migración desde Centroamérica hacia Estados Unidos y el éxodo de venezolanos por toda Latinoamérica. Espinosa descartó acciones particulares de la ONU, y apostó por “respuestas globales” que se resumen en un documento: el nuevo Pacto Global de las Migraciones que tiene que ser ratificado en diciembre en Marruecos.

“Es un documento muy importante, una suerte de paraguas normativo para garantizar una migración regular y ordenada”, explicó. Un tratado con el que “la gran mayoría de países se han comprometido”, aunque con una ausencia muy destacada: EU.

Si bien la ONU considera lo que sucede en Venezuela un caso de “seria violación de derechos humanos”, y el secretario general António Guterres ha criticado las políticas migratorias del presidente estadounidense Donald Trump, Espinosa enfatizó que “la agenda de la Asamblea la determinan los Estados miembros”. Depende de ellos si “tienen interés de abordar casos particulares”. En su opinión, la manera “más constructiva y útil” de tratar el tema migratorio es “desde el punto de vista multilateral”.

La ex canciller ecuatoriana criticó la politización de estos temas, algo que, dijo, perjudica la “eficiencia” del trabajo sobre el terreno: “Se espera que la ONU tenga un rol como de policía del mundo. Las Naciones Unidas y la Asamblea tienen que ser vistas como un espacio de encuentro, de diálogo, de acuerdos y de consenso”, enfatizó.

Durante su presidencia en la Asamblea General de la ONU, Espinosa Garcés quiere potenciar la “construcción de unas Naciones Unidas relevantes para la gente”, hacerlas más cercanas a la población y mostrar mejor “lo que hace por ellos y para ellos”.

La organización, explicó, “se está reinventando para poder ser más relevante a los tiempos que vivimos hoy”, resumió.

Cuestionada sobre la importancia de esa defensa del multilateralismo en tiempos de Trump, aislacionista por antonomasia, Espinosa se escudó en el poder histórico de la ONU: “La magia del sistema multilateral, y sobre todo de Naciones Unidas, es que estamos todos los países”. Aunque defendió el “rol muy importante” que ha tenido EU en un mundo globalizado, reconoció que ante los aislacionismos que surgen, “el multilatarelismo toma quizá más fuerza ahora”, algo que se demostrará en la Asamblea General que empezará mañana martes en la sede de la ONU en Nueva York y donde Trump hablará el martes 25.

Otro de los pilares del mandato de Espinosa será el tema ambiental. Junto al mexicano Luis Alfonso de Alba, ella será la encargada de acompañar el proceso hacia la cumbre del clima de 2019, donde los países harán un balance de sus avances para llegar a las metas climáticas de París. Unos compromisos que, para Espinosa, “son bastante ambiciosos pero no suficientes”. Esencialmente porque, como apuntó, la aritmética sobre las emisiones mitigadas no son todavía suficientes para garantizar que la temperatura del planeta no crezca por encima de los 2 grados Celsius, por lo que “muchos países van a desaparecer”.

Cuando hoy jure su nueva posición, la ecuatoriana se convertirá en la cuarta mujer de la historia, la segunda en el último medio siglo y la primera latinoamericana en asumir el cargo: “Es un privilegio y un honor”, aseguró, aunque también “un gran desafío”. Y adelantó que hará de la igualdad de género y equidad una “prioridad”. Incluso se rodeará de un equipo de lideresas que revisarán su desempeño en la materia.

“Tenemos un plan de acción. […] Habrá trabajos de preparación, eventos de alto nivel, y este grupo asesor que estará mirando cómo hemos avanzado en la implementación de la Agenda 2030 con una cara de mujeres”, prometió.

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