Berlín.— La derecha alemana dio ayer a Angela Merkel un ultimátum de dos semanas para encontrar una solución al desafío migratorio en Europa, amenazando de lo contrario con cerrar las fronteras del país, lo que ella inmediatamente rechazó.

Merkel aseguró que no habrá un cierre automático de sus fronteras a los demandantes de asilo, incluso si fracasan las conversaciones en la Unión Europea (UE).

El ministro del Interior, Horst Seehofer, amenazó con cerrar las fronteras de Alemania en julio a los migrantes a falta de un acuerdo entre los líderes europeos en una cumbre prevista a finales de junio.

“No queremos actuar de manera unilateral, no concertada y que provoque daño a terceros”, dijo Merkel. Sin embargo, si la canciller alemana fracasa a nivel europeo su posición sería difícilmente sostenible, ya que defendió una respuesta comunitaria a la afluencia de solicitantes de asilo. Su coalición con la derecha dura del partido bávaro CSU y los socialdemócratas podría derrumbarse.

Según la agencia DPA, el CSU preveía expulsar de sus fronteras a todos los solicitantes de asilo que hayan ingresado a otro país de la UE, la mayoría por Italia y Grecia.

“Este es el día en que se decide el destino de Angela Merkel y el del gobierno”, consideró el diario Bild.

La llegada de más de un millón de refugiados a Alemania en 2015 y 2016 sigue teniendo consecuencias. La decisión de abrir las fronteras contribuyó al ascenso de la extrema derecha y provocó disensiones en el bando conservador de la canciller.

Merkel rechazó la petición del CSU porque “se trata de un desafío europeo que necesita una respuesta europea”, declaró, lo cual coincide con la crisis de los 630 migrantes rescatados por el barco humanitario Aquarius y que llegaron el domingo a España tras una semana de travesía por el Mediterráneo, después de que Italia vetara su desembarco.

Asilo en Francia. Los inmigrantes del Aquarius que llegaron al puerto de Valencia tras ser recogidos en el Mediterráneo firmaron la petición de asilo en España, aunque casi la mitad ha expresado su deseo de ir a Francia, país que ha mostrado intención de colaborar.

Llegaron a España tras el ofrecimiento del gobierno a acogerlos, debido a la negativa de las autoridades de Italia y Malta a recibirlos.

Ester Sanchis, del Colegio de Abogados de Valencia, explicó que los refugiados hicieron la petición de asilo, la cual se tiene que formalizar, y deben pasar después una entrevista especial con la Policía Nacional.

Al firmar esta petición, y con ello su intención de solicitar el asilo, “ya no pueden ser expulsados”, dijo.

Por su parte, la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, confirmó que casi la mitad de los migrantes llegados a España en el operativo del buque Aquarius quiere ir a Francia.

Calificó como idónea la oferta de Francia, pues “se trata de cooperar y de cumplir la normativa europea y el derecho internacional”.

Más de 300 ayuntamientos españoles se han ofrecido a acoger a los migrantes del Aquarius, entre ellos los de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, entre otros.

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