El abogado de Paul Manafort, el ex jefe de campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusado de conspiración contra Estados Unidos, lavado de dinero y otros 10 delitos fiscales, acusó ayer a la fiscalía de querer “embellecer” el caso de su defendido y negó que fuera culpable de lo que se le acusa.

Según su equipo de defensa, Manafort, “un consultor político internacional de éxito”, no habría cometido ningún delito y, a pesar de que la juez decretó que se mantenga el arresto domiciliario —tras pago de una fianza de 10 millones de dólares— “por riesgo de fuga”, se trató de convencerla de que esa amenaza no tiene sentido, ya que su cliente es “una cara conocida” que destacaría allá donde fuere.

En la segunda comparecencia ante la juez del caso, Amy Jackson, tras su entrega a las autoridades federales, no hubo cambios con respecto a la situación tanto de Manafort como de su socio Rick Gates, acusado de los mismos delitos fiscales.

Jackson mantuvo su decisión de retirarle los pasaportes y, además, aprovechó para reprender a los abogados. “Esto no es una campaña de relaciones públicas (…) Espero que la defensa hable en la sala y en sus peticiones [judiciales[, y no en las escaleras del juzgado”, expuso la magistrada, en respuesta a las declaraciones del abogado del ex jefe de campaña de Trump el día de su detención, en las que consideró todos los cargos contra su cliente como infundados y “ridículos”.

El lunes se realizará una nueva audiencia judicial sobre la situación de detención tanto de Manafort como de Gates.

Al declararse “no culpables” de los delitos y con la poca previsión de que se llegue a un acuerdo extrajudicial, lo más probable es que el juicio a Manafort se inicie en abril, lo que será la primera prueba seria del trabajo realizado por el fiscal especial para investigar la trama de lazos rusos entre la campaña de Trump y el gobierno ruso para entrometerse e influir en las elecciones presidenciales estadounidenses.

El ex jefe de campaña no es el único afectado por el Rusiagate. A la larga lista de dimisiones y recusaciones provocadas por la investigación se añadió este jueves Sam Clovis, el nominado por el presidente Donald Trump para un puesto en el Departamento de Agricultura y quien se desempeñó en un alto rango durante la campaña electoral.

Además de estar en las cuerdas por su falta de experiencia, Clovis fue citado en la confesión al FBI que hizo George Papadopoulos, el ex asesor en política exterior, como la persona que lo animó a que se encontrara con agentes rusos y así ahondar en los lazos con la campaña. Ante esa revelación, fue claro que tuvo que renunciar a su nominación para un cargo.

El yerno bajo la lupa. Los que vuelven también a estar bajo escrutinio son Jared Kushner, asesor y yerno de Trump, y Jeff Sessions, el actual fiscal general.

Del primero, se supo que entregó documentación a la investigación en referencia a la destitución fulminante de James Comey como director del FBI, elemento clave en la pesquisa por presunta obstrucción de justicia del presidente.

El segundo, porque de la confesión de Papadopoulos se extrae que volvió a mentir (por tercera vez) sobre sus contactos con agentes rusos durante las elecciones. Por si fuera poco, el equipo del fiscal especial Robert Mueller habría identificado a seis funcionarios rusos como sospechosos de estar detrás del pirateo de los correos electrónicos del Partido Demócrata, lo que desató gran parte de la investigación del Rusiagate.

Los primeros resultados de la investigación de Mueller parece que tienen el apoyo de los estadounidenses. De acuerdo con una encuesta del Washington Post y ABC, un 58% aprueba el trabajo del fiscal especial. Casi la mitad, un 49%, cree que Trump ha cometido un delito relacionado con el Rusiagate.

En tanto, crecen las versiones sobre un distanciamiento entre Trump y Kushner. Según un artículo que publica Vanity Fair, en una llamada con su ex asesor Stephen Bannon, Trump culpó a su yerno por su papel en la decisión de despedir a Comey, lo que desembocó en la investigación de Mueller.

Incluso, Sam Nunberg, ex asesor de la campaña, se refirió a Kushner como “el peor asesor de la Casa Blanca en la historia”.

Google News

Más Información

Noticias según tus intereses