El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reiteró ayer su intención de conseguir su reelección este año para el mandato 2019-2025. Para lograrlo impuso a sus seguidores la meta de conseguir 10 millones de votos, cifra que nunca alcanzó el fallecido mandatario Hugo Chávez en tres reelecciones.

Maduro hizo el pedido a sus partidarios en una concentración en el presidencial Palacio de Miraflores, en la conmemoración de los 26 años del fallido golpe de Estado de Chávez de 1992 contra el entonces mandatario Carlos Andrés Pérez, fecha denominada como el Día de la Dignidad.

El presidente dijo que los seguidores de Chávez quedaron en deuda, ya que nunca alcanzaron los 10 millones de votos de un padrón electoral que supera actualmente los 19 millones de electores.

“La oposición planea llamar a la abstención y tratar de sabotear las elecciones. Ahí es cuando la maquinaria electoral, el pueblo, más de 10 millones de compatriotas tienen que lanzarse a la calle para darle una elección de dignidad”, dijo.

“Llévense este mensaje: llegó la hora de cumplirle al comandante Hugo Chávez y sacar 10 millones de votos”, añadió.

Maduro está postulado al menos por cinco partidos de la coalición oficialista Polo Patriótico.

Se prevé que las elecciones presidenciales se lleven a cabo antes del 30 de abril, pero aún no hay una fecha fija.

EU analiza restringir venta de petróleo. El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, indicó ayer en Argentina que su país sigue analizando la posibilidad de restringir la venta de petróleo venezolano.

Durante su visita a Buenos Aires, el funcionario dijo que Washington quiere unas “elecciones libres, imparciales y verificables” en Venezuela, y desea aplicar suficiente presión para poner fin a la crisis en el país sudamericano. El gobierno en Caracas ha enfrentado críticas generalizadas sobre su decisión de convocar a elecciones presidenciales bajo condiciones que los opositores consideran son muy favorecedoras para el presidente Nicolás Maduro.

Sin embargo, Tillerson señaló que quiere encontrar la forma de mitigar el impacto negativo que las sanciones tendrían en las compañías estadounidenses de petróleo, y en otros países de la región que dependen del crudo venezolano.

“La situación se está volviendo bastante grave en Venezuela, así que uno de los aspectos a considerar para sancionar el petróleo es qué efecto tendría en el pueblo venezolano, y si es una medida que pudiera llevar esto a su fin, o a agilizar ese fin”, indicó el secretario de Estado. “No hacer nada para acabar con esto es también pedirle al pueblo venezolano que sufra por mucho más tiempo”.

Venezuela tiene las mayores reservas petroleras del mundo y es el tercer proveedor más grande de EU. La industria estadounidense del petróleo señaló que una prohibición a las importaciones de crudo venezolanas dañaría sus empleos e incrementaría el precio de la gasolina.

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