El presidente francés, Emmanuel Macron, presentó ayer una sombría visión de la lucha global contra el cambio climático a decenas de líderes mundiales y ejecutivos de empresas reunidos en la cumbre “Un Planeta”, al afirmar que “estamos perdiendo la batalla”.

“No nos estamos moviendo lo suficientemente rápido. Tenemos que actuar todos”, dijo Macron, buscando insuflar algo de vida a los esfuerzos para combatir el calentamiento glob al después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, retirara a su país del acuerdo internacional logrado en la capital francesa hace dos años.

Macron, quien ha trabajado para consolidar su rol como líder global luego de su elección en mayo, dijo que la ciencia moderna ha revelado día a día el peligro que el calentamiento global representa para el planeta. “Estamos perdiendo la batalla”, sostuvo.

La conferencia centró sus esfuerzos en uno de los pilares de la lucha contra el calentamiento: la financiación, que será la que al final decida si la economía verde se convierte en una realidad o se queda sólo en un eslogan.

Entre los anuncios más llamativos del día —y más destacados por las ONG medioambientales— figuró la decisión del Banco Mundial, coorganizador de la cumbre junto con Naciones Unidas (ONU), de dejar de financiar proyectos de prospección y extracción de gas y petróleo después de 2019. En la actualidad, estas actividades suponen en torno al 2 % de su cartera de préstamos y garantías financieras.

En concreto, el Banco Mundial invertirá 4 mil 500 millones de dólares en 150 ciudades que tengan “programas agresivos de acción climática”.

A ese compromiso se añadieron otros, como el de la Unión Europea, que movilizará 9 mil millones de euros suplementarios de aquí a 2020 en su plan de inversión dirigido a África y a sus países vecinos para invertirlos en ciudades, energía y agricultura sostenibles.

Francia anunció 12 compromisos no vinculantes, desde 300 millones de dólares para luchar contra la desertificación a la aceleración del cambio a una economía con una baja huella de carbono. Pero no hubo una promesa que asegure a las naciones pobres que sufren los peores efectos del cambio climático que podrán enfrentarlo de mejor forma.

Instituciones financieras públicas y privadas se comprometieron a destinar más fondos para fomentar la transición a una economía “verde” y los inversores dijeron que presionarían a las grandes empresas para que den un giro hacia estrategias más amistosas con el medio ambiente.

Entre los compromisos, más de 200 inversores institucionales con 26 billones de dólares en activos dijeron que aumentarían la presión sobre las corporaciones que emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero en el mundo para que combatan el cambio climático. Según ellos, esto sería más efectivo que amenazar con quitar sus inversiones de estas compañías, entre las que se encuentran Coal India, Gazprom, Exxon Mobil y China Petroleum & Chemical Corp.

Compromisos, pese a Trump. Lejos del desaliento, figuras estadounidenses —desde el gobernador de California, Jerry Brown, al ex secretario de Estado John Kerry, defendieron en París que el país sigue en pie en la lucha contra el cambio climático, pese a la oposición de Trump. “No podemos esperar a que la Casa Blanca despierte”, dijo Brown.

“Nuestro presidente ha tomado una decisión que no está basada en la ciencia, ni en el sentido común”, deploró Kerry, quien subrayó que “Trump quizás se haya retirado de París, pero no el pueblo estadounidense” y que es “posible” que EU cumpla su promesa de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos 26% de aquí a 2025 respecto a 2005.

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