Lima.— Al inaugurar anoche la VIII Cumbre de las Américas en Lima, el presidente de Perú, Martín Vizcarra, convocó a los gobernantes del Hemisferio Occidental a establecer una “alianza regional” contra la corrupción y a proclamar la “tolerancia cero” sobre las maniobras ilícitas de manejos irregulares de los fondos públicos, para construir un continente en el que “lo primero sean los ciudadanos” en una sociedad “sana” con plenos derechos.

La máxima cita política hemisférica, programada para concluir hoy a las 17:00 horas locales (mismo tiempo del centro de México), empezó en el Teatro Nacional de Lima con una sorpresa: el vicecanciller de Cuba, Rogelio Sierra, se retiró de la inauguración molesto porque el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, aludió a las dictaduras en su mensaje inicial, en evidente alusión a Cuba y Venezuela, y dijo que algún día habrá libertad, democracia y respeto a los derechos humanos en los 35 países de América.

En una muestra de la distancia de La Habana con el cónclave, el presidente Raúl Castro, ni siquiera acudió a la apertura de la Cumbre.

En un escenario sin los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Nicaragua, Daniel Ortega; de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Paraguay, Horacio Cartes, y de Guatemala, Jimmy Morales, el mandatario peruano atacó a la corrupción.

“Los convoco a conformar una alianza regional contra la corrupción, con un enfoque preventivo y disuasivo en todo el hemisferio, además de una política de tolerancia cero frente a los actos corruptos”, planteó Vizcarra.

La meta de lo que anunció como “Compromiso de Lima”, en una cumbre convocada con el lema de gobernabilidad democrática frente a la corrupción, es atacar un fenómeno que “a lo largo de décadas ha postergado el desarrollo de nuestros pueblos, además de truncar el proyecto de vida y los sueños de millones de ciudadanos”.

Al recordar que “nuestros gobiernos siguen sin resolver” problemas como delincuencia, informalidad y corrupción, advirtió que “si esta situación continúa, será muy difícil avanzar en el cumplimiento y objetivos del desarrollo sostenible”.

“En una sociedad agobiada por la corrupción, los más pobres son los que menos armas tienen para defenderse de este flagelo”, lamentó, en un mensaje en el que describió que “esta realidad perversa acrecienta la desigualdad y hace más profundos los abismos sociales”, y erosiona “la gobernabilidad democrática y por ende el Estado de derecho”.

Pese a las políticas en la materia de los últimos 20 años, “una reciente ola de escándalos de corrupción ha develado que nuestros esfuerzos no han sido suficientes. Estamos en deuda con nuestros pueblos”, recalcó.

La corrupción regional avanzó mientras en la zona “sobreviven” 186 millones, de los 653 millones de latinoamericanos y caribeños, con menos de cuatro dólares al día, y 61 millones están en la extrema pobreza, lamentó.

“La corrupción en nuestro hemisferio no es episódica, sino que atraviesa a toda la sociedad. Ésta es producto de las acciones, del comportamiento, de las decisiones que tomamos a diario los gobernantes, autoridades, empresarios y ciudadanos”, adujo y agregó que el problema “es una de las principales preocupaciones” de los ciudadanos.

“No debemos convivir con la corrupción como si fuera natural o inevitable, porque desde nuestro lugar hay mucho que podemos hacer para luchar de manera frontal contra este flagelo”, instó. Almagro también abogó por “tolerancia cero” a la corrupción.

A la cita llegaron, entre otros, los presidentes de México, Chile, Argentina, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Panamá, Honduras, República Dominicana, Brasil y Haití, así como el vicepresidente de EU, Mike Pence, ante la ausencia de Trump. Entre los primeros ministros, está el de Canadá, Justin Trudeau, junto a otros del Caribe.

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