Basora.— Cientos de manifestantes prendieron fuego ayer al consulado iraní en Basora, durante una nueva noche de protestas en esta ciudad, donde nueve manifestantes murieron esta semana y numerosas sedes de instituciones públicas o de partidos políticos fueron incendiados, por lo que las autoridades llamaron al gobierno de Basora a reforzar la protección de las misiones diplomáticas.

El ataque contra la legación diplomática iraní supone un punto de inflexión en el levantamiento que se vive en Basora desde julio contra la corrupción de los políticos y el deterioro de los servicios públicos.

El viernes por la noche, lograron romper el cordón de seguridad y cientos de manifestantes entraron en el recinto del consulado. Las llamas se veían desde cientos de metros de distancia del edificio, de donde evacuaron a los empleados antes de la llegada de los manifestantes, informó el consulado. El Parlamento iraquí anunció que se reúne hoy con varios ministros para abordar la crisis social y sanitaria en Basora.

El portavoz de Asuntos Exteriores iraquí, Ahmed Magud, llamó a proponer “refuerzos para proteger a estas misiones diplomáticas en Basora”. En respuesta a los incidentes, el primer ministro iraquí Haider al-Abadi encargó a las fuerzas de seguridad “actuar de manera decisiva frente a los actos de vandalismo que acompañaron las manifestaciones”.

En Teherán, un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Bahram Ghassemi, denunció un “ataque salvaje”, según la agencia iraní Fars. Los manifestantes reclaman su parte de los ingresos que genera el petróleo, 7 mil 700 millones de dólares en agosto, en una provincia que atraviesa una crisis sanitaria sin precedentes agravada por un escándalo de contaminación del agua que llevó al hospital a 30 mil personas.

El lunes el Parlamento iraquí no se puso de acuerdo para elegir a su presidente, en la sesión inaugural. Además, en la oración semanal del viernes, el representante del gran ayatolá Alí Sistani, la mayor autoridad religiosa chiita del país, denunció nuevamente “el mal comportamiento de los altos dirigentes”. Otro representante de Sistani, que en Basora visitó estaciones de distribución de agua así como a las familias de los manifestantes muertos, constató, según el sermón pronunciado en nombre del ayatolá, “que hubiese sido posible disminuir los efectos de la crisis” del agua.

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