El gobierno de Honduras advirtió hoy que teme una deportación masiva de hondureños desde Estados Unidos en las primeras semanas de 2018 y que, en el peor de los escenarios, la administración del presidente Donald Trump ordene repatriar a unos 57 mil hondureños y se niegue a conceder una nueva ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés).

El TPS, establecido por EU en 1999 como una forma de auxiliar a Honduras y Nicaragua tras el azote en 1998 del huracán Mitch, ya fue prorrogado en varias ocasiones y la más reciente se registró en mayo de 2016 con vencimiento a partir del 5 de enero de 2018. El Salvador fue añadido tras los terremotos que golpearon a ese país en 2001.

La zozobra por el futuro del TPS se agravó luego de que el gobierno de Trump anunció que los migrantes que viven en Estados Unidos p rotegidos por ese programa por los desastres naturales podrían empezar a pensar en retornar a sus países, ya que ese tipo de planes migratorios tampoco son indefinidos.

La cancillería hondureña confirmó este lunes que la decisión de EU sobre el amparo migratorio, al que se acogieron unos 57 mil hondureños, será conocida a partir del próximo 5 de noviembre. La ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, María Dolores Agüero Lara, se reunió hoy en Washington con autoridades de los departamentos de Seguridad Nacional y de Estado

“Tuvimos un dialogo franco en el cual se reconocieron los avances que ha tenido el país en materia de seguridad, crecimiento económico, de generación de empleo”, dijo Agüero, en un comunicado.

“Estamos a las puertas de una decisión final con respecto a una decisión soberana del gobierno de EU y nosotros queremos venir nuevamente a reiterarles esa importancia, utilizando todos los argumentos que formalizamos” en un documento que Honduras presentó este año a las autoridades estadounidenses con la solicitud de ampliación, añadió.

La petición, recordó, se fundamenta en “argumentos humanitarios y económicos”.

El TPS beneficia a unos 300 mil centroamericanos, informó la ministra.

Sin éxito, Guatemala pidió en los últimos meses a EU que sus ciudadanos también sean favorecidos por el programa.

Ofensiva. El gobierno del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, intensificó esta semana una ofensiva “sin precedentes” en Washington para tratar de que, pese a la resistencia de Trump y a su plan que anunció desde la campaña electoral de 2016 de endurecer las políticas de EU en contra de los migrantes irregulares, la administración estadounidense acepte conceder la nueva ampliación.

“Seguimos en la ofensiva ahora buscando que se pueda aprobar para todos los hondureños la extensión del TPS, hay una comisión que sigue allá (en Washington) trabajando de manera ardua, porque buscamos que se extienda el TPS o se regularice su estatus”, afirmó Hernández.

“Hemos argumentado que estos son hondureños ejemplares, que en los últimos 18 años han construido una nueva vida en Estados Unidos. Ellos son honestos, trabajadores, cumplen la ley, pagan sus impuestos, han comprado casas, fundado negocios y han procreado hijos en esa nación”, aseguró.

Junto a Guatemala y El Salvador, con los que integra el Triángulo Norte de Centroamérica, Honduras está entre las fuentes principales de una masiva migración irregular hacia EU, vía México, en un fenómeno estimulado por la acelerada combinación de inseguridad y violencia en esas tres naciones, con una aguda y permanente crisis económica, falta de opciones laborales y las ansias de reunificación con familiares que viven en territorio estadounidense.

Cubiertos por el TPS, los hondureños que residen en EU logran estabilidad y seguridad para laborar y poder enviar miles de millones de dólares en remesas a sus parientes en Honduras, según el gobierno de Honduras.

El Banco Central de Honduras informó que las remesas familiares, en su mayoría desde EU, sumaron 3 mil 949 millones de dólares en 2016, frente a 3 mil 649 millones de dólares en 2015.

Hernández recordó que “las remesas son para nuestro país y para nuestras familias un mecanismo para reducir la pobreza, brindan estabilidad social y cambiaria, pero lo más importante es que transforman vidas”.

El estatal Observatorio Consular y Migratorio de Honduras, adscrito a la cancillería de esa nación, reportó que las cifras de repatriaciones de hondureños desde EU aumentaron de 19,321 en 2015 (52,93 diarios), a 21,597 en 2016 (59,00 por día), pero bajaron a 16,462 de enero al 20 de octubre de 2017, equivalente a 56,18 cada 24 horas.

Un comportamiento similar registró el Observatorio con los hondureños expulsados de México. De 55,252 en 2015 (151,37 al día), se redujo a 47,678 en 2016 (130,26 diarios), y a 21,558 de enero al 20 de octubre anterior (73,57 diarios). El total de hondureños deportados en 2015 y 2016, principalmente de México y EU, alcanzó los 142,848 (195,41 al día).

lsm

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