Managua.— La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, advirtió ayer que los “golpistas” deberán responder ante la justicia por los daños que causaron durante las protestas antigubernamentales de los últimos tres meses.

“Deben pagar por la destrucción de tantas vidas”, por “todos los que han sufrido las acciones criminales del terrorismo golpista”, dijo Murillo en su intervención habitual del mediodía a medios oficialistas.

El gobierno presidido por su marido, Daniel Ortega, no está movido por el “odio ni el afán de venganza”, pero no olvidará lo sucedido, advirtió. De acuerdo con ONG, las protestas que se iniciaron el pasado 18 de abril se han saldado con más de 350 muertos. El régimen acusó a los manifestantes que exigían su salida del poder de “golpistas” y “satánicos”.

La oposición responsabiliza a su vez a Ortega y Murillo de reprimir las protestas con un uso excesivo de violencia y de instaurar una dictadura marcada por el nepotismo. Fuerzas antimotines y paramilitares recuperaron a la fuerza en las últimas semanas las ciudades que estaban controladas por los manifestantes.

Estados Unidos descartó, por ahora, la opción de una intervención militar para superar la crisis en Nicaragua, según dijo Carlos Trujillo, embajador estadounidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA). “Estados Unidos va a hacer todo lo posible para que Nicaragua regrese a la democracia”, afirmó Trujillo.

“Todas las opciones están sobre la mesa”, afirmó, aunque preguntado si esto incluye una opción militar, respondió: “En este momento, no”.

En tanto, la gran alianza cívica nicaragüense expresó su respaldo al Episcopado como mediador del diálogo nacional luego de que Ortega acusara el jueves a los obispos de “golpistas”, y dijo estar lista para retomar ese proceso. El diálogo nacional se instaló a mediados de mayo pasado, pero está suspendido desde el 25 de junio y ahora se encuentra en vilo, tras la acusación del mandatario.

El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes informó que va a “meditar” sobre las declaraciones de Ortega. “Luego vamos a tomar una decisión... El pueblo nos invita a seguir —mediando en el diálogo—, pero vamos a meditar cuál es la mejor postura”.

La Iglesia propone adelantar a 2019 las elecciones previstas para 2021 y que Ortega no se presente en busca de la reelección.

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