Londres.— El caos se cernió ayer de nuevo sobre el tumultuoso divorcio de Reino Unido de la Unión Europea (UE), después de que el Partido Laborista declaró acabadas las conversaciones para sacar adelante el Brexit, ante el ocaso del gobierno de la primera ministra, Theresa May.

Casi tres años después de que Londres votó inesperadamente por abandonar la UE, todavía no está claro cómo, cuándo o si alguna vez dejará el club europeo al que se integró en 1973. El plazo indica que el Brexit debe concretarse el 31 de octubre.

La negociación entre el Partido Conservador de May y la oposición laborista fracasó horas después de que la primera ministra accedió el pasado jueves a fijar un calendario que considera su salida del poder en junio. El líder laborista, Jeremy Corbyn, escribió a May el viernes por la mañana informándole que las negociaciones del Brexit, que comenzaron el 3 de abril “han llegado tan lejos como se ha podido”, debido a la inestabilidad de su gobierno y a su negativa a cambiar de posición.

“No hemos podido superar diferencias importantes de estrategias políticas”, dijo en su carta Corbyn, un socialista que votó en contra de sumarse al predecesor de la UE en 1975. “Más importante, la creciente inestabilidad de su gobierno implica que no puede haber confianza en la capacidad de cumplir lo que sea que podamos acordar”, agregó.

El líder laborista dijo que se opondrá a la propuesta de May sobre el Brexit una vez que llegue al Parlamento el mes próximo. Más tarde, comentó a periodistas que no había siquiera una posibilidad de lograr que una parte del compromiso del Brexit se ratifique para fines de julio.

May señaló que las negociaciones no prosperaron debido a la ausencia de “una posición común” dentro de esa formación política. Las declaraciones sucedieron durante un acto celebrado en Bristol, después de que Corbyn zanjara el trato con May.

Desde Downing Street, un portavoz oficial indicó que “la unión aduanera y la celebración de un segundo referéndum” habían sido asuntos “muy desafiantes” en los contactos con los laboristas.

Remarcó, no obstante, que se había realizado “un verdadero progreso en algunos temas, como los derechos de los trabajadores”.

La premier no tiene planeado mantener nuevas reuniones con la oposición, puesto que, confirmó la fuente, “las conversaciones no iban a llegar a ninguna conclusión”.

May y el dirigente izquierdista comenzaron a negociar desde hace seis semanas en un intento por lograr un tratado del Brexit que pudiera superar el trámite parlamentario, después de que el consensuado con Bruselas fuera rechazado tres veces por la Cámara de los Comunes.

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