San José.— Tras eludir por más de 55 años una implacable persecución del aparato de inteligencia de la revolución comunista de Cuba, el cubano Luis Clemente Faustino Posada Carriles, uno de los más furiosos y radicales anticastristas e identificado por La Habana como el terrorista más peligroso del Hemisferio Occidental, falleció ayer en Miami, Florida, en un hogar para veteranos del gobierno de Estados Unidos.

Acusado por el régimen cubano de ser autor intelectual de un ataque terrorista en 1976 con una bomba que explotó tras despegar una nave de Cubana de Aviación de Barbados a La Habana, con saldo de 73 muertos, Posada, de 90 años y alias Bambi, pereció sin pagar “por este crimen”, lamentó Cubadebate, diario digital oficialista de Cuba. Tampoco pagó por “otros tantos actos terroristas” de “su historial criminal”, como los intentos de asesinar a Fidel Castro Ruz, líder de la revolución fallecido en 2016, narró. “Murió impune” y “abrigado” por EU, destacó en su portal el periódico Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba, al calificarlo como “asesino”.

Para distintos sectores del anticastrismo, Posada, nacido en 1928 y acusado en Cuba de organizar 11 ataques terroristas, fue héroe y patriota. “Una gran persona, por lo menos trató de hacer algo por Cuba”, dijo Arturo Hernández, abogado de Posada, al confirmar en Miami la muerte de su cliente, quien padecía cáncer de garganta. Ángel de Fana, amigo de Posada, dijo que éste “estaba muy mal”, con problemas respiratorios y una infección de los riñones. Posada pidió que lo cremaran y arrojaran sus cenizas al mar.

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