Berlín.— Por tercer día consecutivo, grupos de ultraderecha se manifestaron en el este de Alemania convocando a sus seguidores a “proteger” a sus familias de los extranjeros, pese a que la canciller Angela Merkel declaró ayer que “el odio en la calle” no tiene cabida en el país.

Bajo el lema “Seguridad en el interior, ¡protege a nuestras familias!”, los extremistas se reunieron en Dresden, ante el Parlamento regional de Sajonia, e hicieron llamados a dar “caza a la criminalidad extranjera”.

Las manifestaciones neonazis iniciaron el domingo tras la muerte de un joven alemán en la ciudad Chemnitz tras una pelea con extranjeros.

La concentración del lunes convocó a más de 6 mil personas y terminó en un enfrentamiento con los participantes en una contramarcha que dejó 20 heridos. Además la policía abrió una investigación contra 10 personas que presuntamente hicieron el saludo nazi, lo que es un delito en Alemania.

“Tenemos grabaciones de video de que hubo persecuciones [de migrantes], de que hubo motines, de que hubo odio en las calles y eso no tiene nada que ver con nuestro Estado constitucional”, condenó ayer Merkel.

La policía, por su parte, admitió que no desplegó suficientes agentes para garantizar el desarrollo pacífico de las marchas ultraderechistas y de otras contramanifestaciones de izquierda, convocadas de manera simultánea.

“El racismo se abre camino sin ningún disimulo. La gente expresa cada vez con menos disimulo qué gente quiere tener en Alemania y qué gente no quiere tener”, dijo a la agencia dpa Robert Lüdecke, de la Fundación Amadeu Antonio, que lucha contra la xenofobia.

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