La primera escena del dibujo muestra a un hombre y a una mujer que se besan, irradiando amor, mientras viajan en una lancha sobre un río. La segunda deja ver a la misma chica, pero ahora tomando la mano de otro hombre que la recibe en la orilla. La tercera muestra a la misma mujer marchándose, abrazada del segundo hombre, dejando solo al joven con el que se había besado poco antes en el bote. La ilustración lleva el siguiente mensaje: “Hay personas que son el viaje, no el destino”.

La viñeta es obra de la artista venezolana María Guadarrama y generó un mar de reacciones virulentas cuando la publicó en su muro de Facebook el 23 de mayo de 2017. A la fecha, la publicación se ha compartido 345 mil veces.

“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”
“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”

Y la ira, afirma, no es más que evidencia de una herida abierta. Tratándose de amores, pensaba, a veces no todo termina bien para todos, a veces nos toca quedar heridos. Y para comunicar ese pensamiento decidió plasmarlo en una ilustración.

Nacida el 27 de enero de 1989 en la localidad costera de Punto Fijo, Venezuela, Guadarrama comenzó a crear ilustraciones en 2014. Comunicar verbalmente sus ideas le había traído suficientes problemas con el mundo y dibujar se le reveló entonces como una alternativa de expresión menos incendiaria.

“Subí la primera caricatura [a la red] porque tenía muchas ganas de decir algo y no me atrevía. Siempre todo ha sido un problema de comunicación para mí”, dice.

La joven abrió un espacio para sus trazos en la plataforma de microblogueo Tumblr. Ganó adeptos tan rápidamente que decidió abrir, en abril de 2017, su propio sitio: http://theunspokentruth.net, que hoy tiene más de 500 mil seguidores en América Latina, Estados Unidos y Europa.

Luego vino otra viñeta y luego otra. Y la gente empezó a conectarse con ellas.

“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”
“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”

No todas sus ilustraciones le han traído quejas. Una de ellas muestra, en un primer cuadro, un corazón que es al mismo tiempo una casa con la puerta cerrada. La casa-corazón tiene un curita y un letrero que dice: “Cerrado por reparaciones”. Junto a la puerta, sentado con cara triste está un chico. En el segundo cuadro se ve al muchacho dormido. La escena es triste, llueve.

En el tercer cuadro el letrero ha desaparecido, a la casa-corazón le empiezan a salir flores y una joven sale para tomar la mano del chico que ahora está feliz.

El último cuadro muestra al corazón-casa con la puerta cerrada, pero ellos están dentro y sobre la casa-corazón vuelan mariposas. Abajo se lee: “Gracias por tu paciencia”.

Otra de las ilustraciones de María enumera cuáles son las mejores formas para sentirse miserable:

1. Compárate siempre con otros.

2. Piensa en cambiar el pasado todo el tiempo.

3. Obsesiónate con tu aspecto.

4. Pospón tus sueños para cumplir los de alguien más.

Otro de los dibujos muestra a un chico y a una chica que flotan cada uno en un corazón, separados, en medio de las nubes. La viñeta está acompañada de este texto: “Incluso si dejamos de hablarnos, quiero que sepas que… es posible amar en silencio”.

“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”
“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”

Recientemente, el destino sumó el exilio a su repertorio temático.

No pudo con la crisis político-económica que estalló en Venezuela en 2015 y que, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), habría expulsado del país a unas 2.3 millones de personas en busca de mejores condiciones de vida, la joven incluida. El 26 de febrero de este año llegó a Santiago de Chile, donde vive desde entonces.

“Así se siente dejar a tu país”, escribe junto a un dibujo donde aparece abrazada a su padre, en un muelle, mientras un bote marcado con la palabra “esperanza” aguarda por ella sobre el agua. “Te voy a extrañar”, se lee mientras padre e hija se funden en un abrazo.

Y, al final, María sobre el bote se aleja, mientras su padre en el muelle se difumina.

¿Cómo se siente el exilio, la migración obligada?

—Es como divorciarse de una persona de la que todavía estás enamorada.

¿Cómo fue la decisión?

—Nos reunimos mis papás, mi hermano menor y yo y decidimos que lo mejor era que yo me fuera para poder ayudar a mi hermano y eventualmente pudiera salir él también.

No había futuro para ti en Venezuela.

—Conseguir lo más sencillo se volvió una proeza… comida y medicinas.

¿Salir fue tu salvación?

—Para todos los que pudimos, fue una bendición. Literalmente para mí fue como subirme a un bote de esperanza.

Las ilustraciones de María llamaron la atención recientemente de medios importantes como BuzzFeed, Bored Panda, el magazine especializado en arte y diseño; y del sitio español dedicado al emprendimiento, Iberoeconomía. Todos contaron su historia.

Y con esas publicaciones llegaron, en parte, dice ella, oportunidades que endulzan un exilio que de lo contrario sería insufrible.

Apenas en agosto fue invitada a impartir un taller de ilustración e inteligencia emocional en la Universidad de Palermo, en Buenos Aires.

Irá a Lima, la capital peruana, en noviembre y la cereza en el pastel será su participación en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, que se realizará en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en diciembre, en México, el país que más fans aporta hasta hoy a su trabajo.

Encontró inspiración en los trazos de grandes cartonistas: en sus paisanos, Rayma Suprani y Roberto Weil, en el estadounidense Bill Watterson, creador del clásico Calvin and Hobbes, y en la creación de los argentinos Maitena y el maestro Joaquín Salvador Lavado, el padre de la entrañable Mafalda.

Pero son sus ilustraciones las que la tienen viviendo un exilio más amable del que, ella supone, está viviendo la mayoría de sus paisanos que dejaron Venezuela.

¿El exilio es lo que esperabas?

—Es tan duro como esperaba, pero también me están pasando cosas muy buenas.

A veces el exilio trae oportunidades.

—Igual creo que todos los venezolanos estamos aprendiendo a ser más humildes con todo esto de la diáspora.

Y esto apenas empieza.

—Esto no se ha acabado y yo voy a seguir haciendo lo que pueda por mi país.

¿Qué puedes hacer por Venezuela?

—Educar. Y educar más si tengo más voz.

¿Las imágenes educan?

—Así es.

“Exilio, como divorciarte de quien todavía amas”
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