Madrid.— La banda terrorista española ETA pidió ayer perdón por primera vez a sus víctimas. En un comunicado publicado por el diario vasco Gara, reconoce “el daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada” y muestra “su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición”, insistiendo en que “ojalá nada de eso hubiese ocurrido”.

“Somos conscientes de que en este largo periodo de lucha armada hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución. Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto. Lo sentimos de veras”, dice en el comunicado.

“Nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna. También hemos provocado graves daños que no tienen vuelta atrás. A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón”, destaca.

El grupo, que mató por última vez en 2010 y anunció el fin de su actividad violenta en 2011, está próximo a anunciar su disolución. Esta semana la televisión pública vasca filtró que está previsto un acto en Francia el 4 o el 5 de mayo en el que un grupo de observadores internacionales anuncie que la banda ha dejado oficialmente de existir.

El gobierno español exige, para plantearse alguna mejora penitenciaria a los 280 presos de la banda que siguen en cárceles españolas, que esta disolución se produzca como una rendición con asunción total de culpas. El comunicado de ayer es el primer paso hacia ello.

En España es un temor extendido que ETA y sus partidarios, utilizando la excusa de la reconciliación social que necesitan las calles del País Vasco, intente promover un discurso de reparto de responsabilidades en el que se diluya su culpa por las más de 800 personas asesinadas. El comunicado de ayer intentó mostrarse como un primer paso para calmar esos temores. “Nadie puede cambiar el pasado, pero una de las cosas más perjudiciales que se podría hacer ahora sería intentar desfigurarlo o ocultar determinados episodios”, asume la banda: “Reconozcamos todos la responsabilidad contraída y el daño causado”.

Todos los partidos celebraron la noticia, pero pidieron a ETA que deje este “ejercicio por capítulos” y se disuelva, como pidió el lehendakari (presidente vasco), Iñigo Urkullu. El gobierno español recibió el mensaje como una consecuencia de la “fortaleza del Estado de derecho”, que ha vencido a la banda con las “armas de la democracia”.

Algunas víctimas de ETA fueron críticas con el anuncio, que les pareció insuficiente. Mari Mar Blanco, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y hermana de una de las víctimas de ETA más famosas, el concejal Miguel Ángel Blanco, dijo en una entrevista en Televisión Española (TVE) que no cree que la disculpa sea “sincera” y que “el perdón debe llevar consigo unas actuaciones como la colaboración con la justicia”. El Parlamento Europeo ha sentado las bases para investigar por qué en España existen 379 asesinatos de la banda terrorista a los que no se les ha encontrado un culpable. Muchos casos han sido archivados por la dificultad de juzgarlos o encontrar a sus presuntos autores (huidos principalmente a América Latina). Otros han prescrito.

El comunicado de ayer llega en un momento en que la sociedad española debate sobre la definición legal de terrorismo. Fruto de un endurecimiento en el código penal, en el último año han sido calificados de terroristas actos sin violencia, como canciones de artistas de hip hop o cortes de carretera en las manifestaciones independentistas de Cataluña. Algunas víctimas de ETA se han revuelto contra ese rigorismo. Eduardo Madina, ex diputado del Partido Socialista (PSOE) que perdió una pierna en un atentado de ETA, ha sido de lo más críticos con este enfoque: “Si todo es terrorismo, entonces nada es terrorismo”.

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