El papa Francisco conversó este jueves con los seis tripulantes de la Estación Espacial Internacional sobre el lugar del Hombre en el universo y sobre cómo es vivir "sin un arriba ni un abajo", dijo.

"La astronomía genera muchos interrogantes, de donde venimos, a dónde vamos", comentó el Papa al iniciar un inusual diálogo desde el Vaticano con los astronautas durante el cual le preguntó al italiano Paolo Nespoli: "¿Cuál es su pensamiento sobre el Hombre en el universo?", cómo es vivir "sin un arriba ni un abajo".

"Santo Padre, esa es una pregunta completa (...) Nuestro objetivo es conocer nuestro ser y llenar el conocimiento, comprender lo que nos rodea. Cuando más sabemos más nos damos cuenta de lo poco que sabemos", respondió Nespoli.

Sobre esta cuestión, Nespoli, de la Agencia Espacial Europea ( ESA , en inglés), opinó que en el futuro sería bueno que al espacio pudieran acudir expertos humanistas, como poetas o filósofos.

El Papa también planteó una pregunta sobre el amor a los astronautas: "¿para vosotros qué significa que el amor mueva el Universo".

Tomó la palabra Musurkin, ortodoxo, quien dijo que, en estos días, leyendo "El principito", de Antoine de Saint-Exupéry, había llegado a la conclusión de que "el amor es esa fuerza que te hace arriesgar la vida por otro".

El Papa se interesó también sobre la forma en la que colaboran a 400 kilómetros de altitud: "Nuestra sociedad es muy individualista y en cambio en nuestra vida es esencial la colaboración ¿Podéis darme algún ejemplo en el que os ayudéis", cuestionó.

El estadounidense Acaba dijo que la EEI es "un gran ejemplo de colaboración", ya que en ella intervienen países como Estados Unidos, Japón, Canadá, Rusia y nueve naciones europeas.

"Estas naciones trabajan juntas para obtener algo por encima de ellos. La diversidad nos ha hecho más fuertes. Trabajando juntos podemos hacer más cosas que como individuos", defendió.

El Papa asintió y aseguró que su ejemplo recuerda que "la totalidad es más grande que la suma de las partes".

Cerró la conexión Nespoli, que hizo las veces de traductor, y agradeció al pontífice argentino por sus preguntas: "Le agradezco por habernos llevado más alto y por habernos sacado de esta cotidianeidad mecánica para hacernos pensar en algo más grande que nosotros", dijo.

Se trataba de la segunda vez que un pontífice se comunica con el espacio, ya que anteriormente lo había hecho Benedicto XVI, en mayo de 2011.

"Buenos días o buenas tardes, no sé, porque cuando estás en el espacio nunca se sabe", comenzó Francisco, sentado en una sala del Vaticano conectada vía satélite con los seis astronautas.

Nespoli, que se encontraba en el laboratorio orbital junto con tres astronautas estadounidenses y dos rusos, confesó que se trataba de temas complejos y que lo que siente como simple ingeniero es que tenemos pocos conocimientos frente a un universo tan inmenso.

Si bien el Papa argentino es conocido por realizar llamadas inesperadas, ésta duró unos 20 minutos, se celebró en italiano y fue transmitida por el Centro Televisivo Vaticano.

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