Estados Unidos alertó ayer que el lanzamiento del más reciente misil norcoreano acerca al mundo a una guerra, una solución que “no está buscando” pero que, si llega, “el régimen de Corea del Norte será completamente aniquilado”.

La amenaza estadounidense llegó de la mano de su embajadora en las Naciones Unidas, Nikki Haley, de nuevo encargada de marcar la línea dura en un Consejo de Seguridad extraordinario para analizar el último desafío de Pyongyang, el noveno que se celebra este año por el mismo tema.

“El dictador de Corea del Norte tomó una decisión ayer que lleva al mundo más cerca de la guerra”, sentenció Haley, dura en su interpelación y que insinuó que la “paciencia” se está acabando y es hora de las naciones de tomar una “decisión crítica”.

Una vez más, EU pidió el compromiso de todas las naciones y, para ello, instó a “cortar todas las relaciones” con el régimen norcoreano, ya sea cortando el diálogo e incluso expulsando diplomáticos.

También pidió paralizar todas las importaciones y exportaciones a Corea del Norte y expulsar a los trabajadores de ese país de sus territorios.

Como ya es habitual, fue especialmente vehemente con su contraparte china, animando a que tomen acciones más concretas y que afecten más directamente a Pyongyang, como el cierre total del suministro de petróleo. “China debe mostrar liderazgo”, pidió la embajadora estadounidense.

El representante chino, Wu Haitao, se limitó a reiterar la “grave preocupación” de su país por la situación y el llamado al diálogo entre las partes, en términos muy similares a los que el presidente chino, Xi Jiping, usó en la llamada telefónica que sostuvo el martes con Donald Trump.

Por su parte, el presidente estadounidense mantuvo su tono despectivo contra Kim Jong-un. Ayer, en un discurso realizado en Missouri, para vender su plan de recortes de impuestos, reiteró que el líder norcoreano es un “perrito enfermo”. El insulto, que complementó con el ya célebre “pequeño hombre cohete”, no se espera que amaine las aguas, sino al contrario.

Hasta entonces, su respuesta había sido muy comedida. Simplemente se había limitado a activar la diplomacia con llamadas a sus homólogos chino, japonés y surcoreano, y anunciando una nueva ronda de sanciones.

Según la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, las nuevas medidas todavía se están elaborando y servirían básicamente en “interceptar cualquier medio de transporte que tenga como origen o destino Corea del Norte”.

Alineado con la postura de EU, el embajador ante la ONU de Francia, François Delattre, confesó que la amenaza “ha cambiado dramáticamente en pocos meses tanto en escala como en alcance”, y que “sólo la máxima presión” internacional servirá para desescalar el conflicto.

Rusia, condenó el ensayo norcoreano y también tuvo palabras críticas para EU y sus aliados. En concreto, rechazó sus maniobras militares en la región y dijo que Washington y Seúl parecen estar “poniendo a prueba la paciencia” de Pyongyang. “Llamamos a todas las partes a detener esta espiral de tensión”, dijo el embajador ruso, Vasili Nebenzia,

El Consejo de Seguridad de la ONU terminó sin la imposición de nuevas sanciones, algo que había circulado en los pasillos de Naciones Unidas. Tras una “condena extrema” del úl timo ensayo balístico norcoreano, el responsable de asuntos políticos del organismo, Jeffrey Feltman, instó a todos los miembros a que apliquen e implementen todas las sanciones acordadas en varias resoluciones.

Corea del Norte probó la madrugada del miércoles un misil Hwasong-15, el “más grande misil balístico intercontinental” que puede ser armado con una “ojiva nuclear súper larga” y es capaz de atacar “todo el territorio” de EU, según medios oficiales de Pyongyang. Tras el ensayo, Kim Jong-un aseguró que su país es un estado nuclear de pleno derecho.

Con información de agencias

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Más Información

Noticias según tus intereses