La Habana.— En el marco del aniversario de su triunfo en Bahía de Cochinos, Cuba vive hoy otro proceso histórico. Si no hay sorpresas, el general Raúl Castro Ruz entregará la presidencia de los consejos de Estado y de Ministros a su compatriota Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, vicepresidente de ambas instancias, y quien se podría convertir en el primer gobernante cubano nacido después del triunfo de la revolución de 1959.

El Palacio de Convenciones de La Habana acogerá hoy desde las 9:00 hora local (10:00, tiempo de México) la apertura de su IX Legislatura y la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en una sesión de dos días en los que se designará al Consejo de Estado y a un nuevo presidente, quien no llevará el apellido Castro.

Al mismo tiempo, Cuba festejará hoy y mañana el 57 aniversario de la victoria sobre la invasión contrarrevolucionaria que incursionó en 1961 por Playa Girón, conocida también como Bahía de Cochinos.

En esta fecha importante adoptará una decisión histórica con apenas el quinto cambio de presidente en 59 años, tres meses y 18 días de revolución socialista que, desafiante, se instaló en 1959 a sólo 150 kilómetros de Estados Unidos, su principal enemigo ideológico, militar, diplomático y económico.

En un país en el que forma y fondo son inseparables, la revolución festejó el pasado lunes la victoria en Playa Girón y el momento en que —el 16 de abril de 1961— Fidel Castro Ruz, comandante en jefe e indiscutible líder revolucionario, proclamó el carácter socialista de la revolución.

“Sabiduría y certeza absoluta la del comandante en jefe al afirmar en aquella ocasión (1961) que el principal agravio para el enemigo había sido llevar a cabo una revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos”, publicó ayer el periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), al recordar la derrota que propinó hace 57 años a la invasión anticastrista por Girón, apoyada por EU.

Así, en un escenario de intenso fulgor revolucionario, Cuba tendrá un nuevo presidente, un hombre que representará el cambio generacional y, por primera vez desde 1976, no llevará el apellido Castro.

Tras la victoria de 1959, los primeros presidentes fueron los cubanos Manuel Urrutia Lleó, del 2 de enero al 17 de julio de 1959; Osvaldo Dorticós Torrado, del 17 de julio de 1959 al 2 de diciembre de 1976, y Fidel Castro, de 1976 a 2006.

El comandante Fidel —quien murió el 25 de noviembre de 2016—, ejerció la presidencia por 32 años, aunque fue el máximo jerarca cubano por 47 y la sombra tras el trono por al menos otros 10. Cedió temporalmente el poder a su hermano Raúl el 31 de julio de 2006, debido a problemas de salud, y de manera definitiva a partir del 24 de febrero de 2008.

Ahora, Díaz-Canel, de 57 años (cumplirá 58 el viernes 20 de abril), es el favorito para suceder a Raúl Castro, de 86 años.

La sucesión presidencial se lleva a cabo de acuerdo con el mandato del PCC que en 2011 decidió que la presidencia de los consejos se ejercerá por un máximo de dos periodos de cinco años cada uno, por lo que Castro ha concluido los suyos.

De resultar electo, Díaz-Canel estará en el cargo hasta 2028, cuando tenga 70 años.

Sin embargo, esto no significa que la influencia de los Castro termine. Pese al cambio de presidente, el futuro ex mandatario mantendrá el poder real en la mayor de las Antillas: seguirá siendo primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), único legal en la isla y que, según la Constitución de Cuba, promulgada en 1976 y en vigencia, está “al frente” en el “objetivo final de edificar la sociedad comunista”.

El general reemplazó a su hermano Fidel en ese cargo del PCC el 19 de abril de 2011 y, salvo imprevistos, lo mantendrá al menos hasta 2021.

Elevado el 24 de febrero de 2013 a la vicepresidencia de los dos consejos, Díaz-Canel es el favorito para arribar a la posición de privilegio, a sabiendas de que su predecesor inmediato preservará el mando sobre la manija del verdadero poder en Cuba: el PCC.

“El clan Castro ha comenzado su transferencia de poder generacional. Familiares, secuaces y allegados se redistribuyen puestos económicos y de control para así garantizar la dinastía indefinidamente”, acusó la coalición opositora cubana Foro por los Derechos y Libertades (ForoDyL), cuyos miembros viven en Cuba.

“Es una manipulación efectista argumentar que el dictador abandonará el poder y habrá un nuevo presidente”, alegó. “Es sabido que el designado de turno será acaso una marioneta nombrada a dedo. El régimen será el mismo”, lamentó el Foro.

Por su parte, la Oficina de Washing-ton para Latinoamérica (WOLA) no considera que la posible llegada de Miguel Díaz-Canel vaya a suponer un cambio dramático e inmediato en la forma de gobernar el país.

“No debemos esperar cambios dramáticos en la escena inmediata”, explicó Marguerite Jiménez, directora de WOLA para Cuba, durante una conferencia telefónica con medios en EU. Con información de agencias

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