LIMA.- Al advertir que la corrupción es “una enfermedad hereditaria, autoinmune” que desconoce fronteras ideológicas, políticas e institucionales y que “ el corrupto y el opresor son parientes cercanos ”, el uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), alertó anoche al inaugurar la VIII Cumbre de las Américas en Lima que el ejercicio de cargos públicos “no es una carrera para hacer dinero”.

“Vale siempre recordar que el corrupto y el opresor son parientes cercanos. El opresor que desnaturaliza los derechos de su pueblo para transformarlos en riqueza e impunidad personal navega con toda comodidad en las aguas de la corrupción. Y a su vez, el corrupto oportunista no encuentra mejor ambiente para florecer que el de las dictaduras o el de la debilidad del Estado de Derecho”, aseveró.

Ante los gobernantes y emisarios de los 35 países americanos reunidos en el Teatro Nacional, de la capital peruana, Almagro insistió en que “es obvio, quien ostente un cargo público no debe robar de los impuestos de la gente ni usar influencias para fines personales. Los que buscan el servicio público deben entender de una vez por todas que la política no es una carrera para hacer dinero”.

“En años recientes”, prosiguió, “escándalos de corrupción en todo el continente han asomado el problema más a la superficie, dando la impresión que el fenómeno es nuevo, o más pronunciado en contextos democráticos. Esto no puede ser más lejano a la realidad. La enfermedad de la corrupción, que destruye las partes sanas y bien intencionadas de la política, ha sido implacable y omnipresente en la historia, especialmente cuando se ha pretendido ignorar la misma”.

“En tanto enfermedad, la corrupción es capaz de permear por completo un sistema político afectándolo desde o hasta la cúpula , hasta las actividades más cotidianas de convivencia social, como puede ser obtener un número para hacer un trámite burocrático básico”, lamentó.

El diplomático uruguayo cerró la ceremonia inaugural de la cumbre, que concluirá hoy con un acto a las 17:00 horas, según el programa oficial.

En el mensaje de apertura, el presidente de Perú, Martín Vizcarra, convocó a los gobernantes del Hemisferio Occidental a formar una “alianza regional” en contra de la corrupción y a proclamar la “tolerancia cero” sobre las maniobras ilícitas de manejos irregulares de los fondos públicos, para construir un continente en el que “lo primero sean los ciudadanos” en una sociedad “sana” con plenos derechos.

La cumbre, que es la máxima instancia de negociación política continental, se inició y continuó en medio de la conmoción mundial provocada por el ataque militar que fuerzas de Estados Unidos, Reino Unido y Francia lanzaron sobre Siria, en represalia por el denunciado uso de armas químicas por parte del régimen sirio contra poblaciones civiles de esa nación el pasado fin de semana.

Los mandatarios iniciaron esta mañana una reunión plenaria en la que, cada uno, dispondrá de seis minutos para dar su mensaje. Al encuentro acude el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en reemplazo del presidente de ese país, Donald Trump, quien el martes pasado anunció que declinó de acudir para concentrarse en atender la crisis en Siria.

Democracia y corrupción.

La octava edición de la cita de los gobernantes americanos se está realizando bajo el lema de “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”.

En ese contexto, Almagro admitió que “la corrupción no se puede destruir completamente. No hay país en el mundo que tenga corrupción cero. Unos tienen más, otros menos. Pero debemos ganarle. Y debemos ganarle en clave de democracia”.

“Para ganarle se necesita entender las causas y nuevas expresiones de la corrupción en democracia, especialmente en democracias jóvenes como las latinoamericanas. Existen todas las razones para necesitar imponernos a la corrupción. Muchos de ellas hacen referencia al argumento ético, que el abuso de poder y la impunidad son inmorales – lo cual es cierto”, agregó.

Afirmó que “la corrupción engendra corrupción, y a una velocidad incluso más rápida que a la que la democracia puede defenderse. Este abuso causa inestabilidad política y socava la institucionalidad formal mientras construye una paralela, caracterizada por malas prácticas contagiosas”.

“Presidentes que han renunciado, que son enjuiciados y encarcelados, o presionados para actuar y terminan adoptando medidas para disimular y orear la presión, es sólo la parte visible”, subrayó.

“Es muy probable que sostener prácticas de corrupción al más alto nivel implique el apoyo de la estructura detrás y debajo del poder. Además, mandos medios y bajos siguen el ejemplo o forjan el ejemplo sobre el máximo liderazgo respecto a la permisividad de prácticas corruptas. Por eso no es posible el menor margen de tolerancia. Tolerancia cero contra la corrupción”, sentenció.

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