Tirso Martínez Sánchez,

conocido como “ ” y uno de los testigos en el juicio de Joaquín “” Guzmán Loera , fue condenado hoy en la corte de Brooklyn, Nueva York, a siete años de prisión. Dado el tiempo que lleva ya preso -fue extraditado a Estados Unidos en 2015-, sólo le restarían tres años tras las rejas.

Martínez, detenido en México en 2014, trabajó para los cárteles de Sinaloa y de Ciudad Juárez entre 1995 y 2003 y se declaró culpable de distribución de drogas en Estados Unidos y Europa.

Por los delitos de que era acusado le correspondía cadena perpetua, pero logró reducir su sentencia al aceptar testificar en el juicio de “El Chapo”.

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, llamado así por su afición a ese deporte, dijo haber comprado equipos de futbol profesional en las ciudades de Querétaro, Celaya, Irapuato, La Piedad y Mérida, todos los cuales adquirió con dinero proveniente del tráfico de drogas.

Era aficionado además a las peleas de gallos, donde llegó a apostar 100 mil dólares por pelea.

En total, perdió entre dos y tres millones de dólares en apuestas en gallos que realizaba en palenques en numerosas ciudades en México, de acuerdo con su testimonio.

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Asimismo, su fortuna le permitió adquirir un restaurante en Tijuana, cuatro negocios de venta de ropa, un avioneta, caballos, autos, así como una concesionaria de automóviles en Los Ángeles y un restaurante en el estado de Illinois.

En el llamado juicio del siglo, Martínez dijo que usaba trenes de carga que llegaban hasta Los Ángeles, Chicago y Nueva York y que, bajo las órdenes de “El Chapo”, envió más de 50 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

lsm

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