París.— Los chalecos amarillos estaban determinados a salir hoy a las calles en Francia, en su quinta jornada de protestas, pese a las advertencias del gobierno, preocupado por nuevos disturbios y el impacto de las manifestaciones en la economía.

Los servicios de seguridad quieren desplegar en París el mismo número de efectivos que hace una semana, con alrededor de 8 mil agentes y 14 vehículos blindados. La mayor diferencia será el despliegue de más patrullas de agentes para atrapar a vándalos, que merodearon las calles aledañas a los Campos Elíseos la semana pasada causando daños y saqueos, apuntó Michel Delpuech, jefe de la policía de París.

El movimiento de chalecos amarillos que desde hace un mes exigen una mayor justicia social y se muestran contra la política del gobierno, convocó nuevas protestas en París y otras ciudades francesas este sábado, pese a los anuncios del lunes del presidente Emmanuel Macron —que incluyen un aumento del salario mínimo— y los llamados a suspender las manifestaciones en un contexto de amenaza terrorista reavivado por el tiroteo del martes en Estrasburgo, cuyo balance de muertos aumentó ayer a cuatro tras el fallecimiento de uno de los heridos en estado crítico, el periodista italiano Antonio Megalazzi.

“¡No es el momento de rendirnos, debemos seguir!”, exhortó uno de los iniciadores del movimiento, Eric Drouet, en un video en Facebook.

Pero después de cuatro sábados de protestas, algunos están a favor de una tregua. La asociación Robin des Bus, que llevó en sus autobuses a chalecos amarillos del norte de Francia a París, canceló los viajes previstos para el sábado: “Los manifestantes no tienen intenciones de ir a París”, declaró su presidente, Thibault Vayron.

En la capital, diversos monumentos y museos cerrarán hoy como medida de seguridad ante la protesta. El Arco del Triunfo, el Panteón, la Santa Capilla, las torres de Notre-Dame, el Museo de la Conserjería, la Capilla Expiatoria o el Palacio Real y sus jardines no abrirán sus puertas.

También cerrarán el Petit Palais, ubicado en los aledaños de los Campos Elíseos, epicentro de las protestas, al igual que el Museo de Arte Moderno y el Cernuschi.

Ante las protestas, Amnistía Internacional denunció ayer un uso “excesivo” de la fuerza por parte de las autoridades francesas contra manifestantes y periodistas.

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