San José.- Enfrentado a una frágil situación de la economía costarricense por un acuciante déficit fiscal y con una escasa experiencia en cargos públicos , el periodista y politólogo Carlos Andrés Alvarado Quesada asumirá hoy la presidencia de Costa Rica para un periodo de cuatro años y se instalará con un gobierno de unidad nacional formado por hombres y mujeres provenientes de un abanico ideológico que abarcó desde la derecha hasta la izquierda del escenario político interno .

Alvarado, de 38 años (nació el 14 de enero de 1980), casado desde 2010 con la costarricense Claudia Vanessa Dobles Camargo y con quien procreó a Gabriel, sucederá en la presidencia de Costa Rica—una de las democracias más estables de América—a Luis Guillermo Solís Rivera tras ganar el pasado primero de abril en una segunda ronda como candidato por el gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC).

Con la presencia de jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe y de cancilleres e invitados nacionales y extranjeros , el programa oficial determinó que Alvarado jurará a las 10:20 horas locales (11:20 en el centro de México) en una sesión especial de la Asamblea Legislativa (Congreso unicameral) en un acto abierto al público en la Plaza de la Democracia y de la Abolición del Ejército , en el corazón de esta capital, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.

La sesión empezará a las 09:20 y concluirá a las 13:00, según el plan oficial.

La cancillería costarricense recordó ayer que la transmisión de mando se hará en un “emblemático sitio”, ya que en el Museo Nacional, que forma parte de la Plaza y está adjunto a ese complejo urbano, el entonces gobernante José Figueres Ferrer (1906—1990) adoptó el primero de diciembre de 1948 la histórica decisión de abolir el ejército costarricense como institución permanente y consolidó a Costa Rica “como un país de paz, democrático y defensor de los derechos de toda la población”.

Alvarado asumirá acompañado de sus dos vicepresidentes, la economista, ex precandidata presidencial y ex diputada Epsy Campbell Barr, de 54 años, y el educador y sindicalista Marvin Rodríguez Cordero, de 57. Campbell será la primera afro—descendiente en ocupar una vicepresidencia en Costa Rica.

La cancillería local confirmó la asistencia de los presidentes Evo Morales, de Bolivia, Juan Carlos Varela, de Panamá, Jimmy Morales, de Guatemala, Salvador Sánchez, de El Salvador, Lenín Moreno, de Ecuador, y Danilo Medina, de República Dominicana, y Evelyna C. Wever, primera ministra de Aruba, Curazao y Sint Maarten, islas autónomas de los Países Bajos en el mar Caribe.

También acudirán vicepresidentes, cancilleres, ministros, embajadores, congresistas y otros emisarios de gobiernos y jerarcas de organismos internacionales. El secretario mexicano de Educación, Otto Granados, arribó ayer en representación del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y aseguró que su presencia en Costa Rica reforzará los nexos bilaterales.

Compromisos. Con un abultado menú de promesas en múltiples asuntos domésticos y externos, Alvarado se convertirá en el décimo octavo presidente desde la instalación en 1949 de la Segunda República en este país de 51 mil 100 kilómetros cuadrados y de unos 4,9 millones de habitantes, con aproximadamente el 20% en diversos rangos de pobreza.

Alvarado será, a partir hoy, el presidente más joven de América.

De 2014 a 2017, y en lo que significó su debut en puestos gubernamentales con Solís como presidente, Alvarado fue primero ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y luego de Trabajo. En los comicios primarios en 2017 en su partido resultó vencedor y logró la candidatura presidencial y en la primera vuelta de las elecciones generales, el 4 de febrero anterior, pasó a la segunda con el predicador evangélico y periodista Fabricio Alvarado Muñoz, del opositor Partido Restauración Nacional (PRN), al que derrotó para convertirse en presidente electo.

Pese a que las dificultades sociales, económicas y políticas son abundantes, el déficit fiscal concentrará las preocupaciones del nuevo gobernante, quien conformó un gabinete de unidad nacional con figuras de la izquierda, la centro—izquierda, el centro, la centro—derecha y la derecha y con un mensaje para aglutinar a las fuerzas políticas y tratar de aunar voluntades en la solución de la honda crisis en las finanzas públicas.

Identificada como la principal enfermedad de la economía costarricense, por sus efectos en el resto del entarimado financiero, el déficit fiscal llegó al 6.4% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2017 y el gobierno saliente anunció que, al entregar a Alvarado, lo dejará en 6.2%. Las previsiones oficiales advirtieron que llegaría al 7.1% en este año, por lo que urge lograr su reducción.

El PIB pasó de un crecimiento de 4.7% en 2015 y de 4.3% en 2016 a 3.9% en 2017 y los pronósticos estatales alertaron que bajará al 3.6% en 2018.

“Si no avanza el proyecto fiscal, el segundo semestre será sumamente complicado”, advirtió el ministro de Hacienda saliente y primer vicepresidente, Helio Fallas Venegas, en declaraciones al diario La Nación, de esta ciudad, al referirse a las negociaciones para aprobar una reforma tributaria.

El gobierno, explicó, acumuló recursos para cubrir sus necesidades de la primera mitad de 2018, pero la segunda será muy difícil sin el proyecto fiscal que debería ser aprobado por el Poder Legislativo.

Con la aprobación del proyecto, los organismos financieros internacionales girarán unos 800 millones de dólares a Costa Rica y las tasas de interés bajarían, aclaró, al alertar que si la Asamblea rechaza el plan, el gobierno deberá pagar tasas de interés cada vez más altas para acceder a créditos foráneos y el país dará una señal externa de su incapacidad para resolver los problemas fiscales y correrá el riesgo de perder su estabilidad económica, describió Fallas.

Aunque la mayoría fue contratada a largo plazo, la deuda externa pública y privada emergió como un foco de inquietud y sumó 26 mil millones de dólares al tercer trimestre del año anterior tras llegar en 2014 a 21 mil 627 millones de dólares, según el Banco Central de Costa Rica.

El Banco reportó que la inflación, del 0.77% en 2016, subió a 2.57% en 2017 y se prevé que cerrará 2018 en 3%. Otra alarma surgió con el desempleo, que siguió subiendo en el primer trimestre de 2018 y alcanzó el 10.3% (229 mil 82) en una fuerza laboral de 2 millones 233 mil 793 personas frente al 9.1% de enero a marzo de 2017, según estadísticas oficiales.

Narcotráfico y Alianza del Pacífico. El frente externo también entró al listado de preocupaciones de Alvarado.

En una entrevista que el pasado 3 de abril concedió a EL UNIVERSAL, Alvarado anunció que con los gobiernos de México y Colombia “necesitamos trabajar mucho” en el combate al narcotráfico, porque “individualmente los países difícilmente podrán resolver un fenómeno que es regional y entonces necesitamos trabajar en equipo para mejorar esa situación”.

Al cuestionársele si mantendrá a Costa Rica fuera de la Alianza del Pacífico—foro comercial fundado en 2011 por México, Colombia, Chile y Perú—, confirmó que “no avanzaremos en la adhesión tal cual”.

“Estamos dispuestos a negociar el ingreso” pero “considerando la exclusión de sectores sensibles” como la agricultura, el sector alimentario y el industrial, alegó.

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