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El autor de la mayor matanza de la historia de Texas, Devin Kelley, repasó todas las filas de la iglesia en busca de supervivientes para rematarlos, relató una pareja hispana que sobrevivió al ataque.
Roxana Solís y Joaquín Ramírez fueron dos de los cerca de 20 supervivientes del tiroteo que tuvo lugar en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, en Texas, el domingo pasado, donde murieron 26 personas.
La pareja se encontraba en uno de los primeros pasillos de la parroquia cuando Kelley, de 26 años, entró y empezó a disparar de manera indiscriminada contra todos los presentes.
Primero fue contra los adolescentes que grababan el oficio religioso, como cada domingo, y luego disparó a los músicos, según el relato de Solís, que recibió un disparo en el hombro durante los 16 minutos del tiroteo.
“Después de sentir el disparo me hice la muerta, traté de ser lo más silenciosa posible para que el tirador creyera que yo había falle cido también”, recordó la mujer.
La pareja coincidió en señalar que el asesino fue especialmente “salvaje” con los niños, a quienes fusiló a quemarropa.
En algunas ocasiones, las madres de los pequeños “trataron de defender a sus hijos poniéndose delante” y pidiendo clemencia, pero Kelley no vaciló y mató a las mujeres también.
Joaquín Ramírez pudo escapar arrastrándose hasta la puerta y salió cuando el atacante estaba de espaldas. Después de correr varios metros, llamó al número de emergencias.
“La hija del pastor me pidió ayuda, le dije estuviera en silencio, pero el asesino descubrió que estaba viva y la mató", recordó.
Descarta Trump control estricto de armas. Una legislación de armas más estricta no habría impedido la matanza, afirmó ayer el presidente Donald Trump desde Corea del Sur, afirmando que un control mayor habría derivado en más víctimas.
Cuando se le preguntó durante una rueda de prensa sobre la posibilidad de introducir “comprobaciones extremas” para la compra de armas, Trump respondió: “Si hiciera usted lo que está sugiriendo, no habría habido diferencia hace tres días y puede que no hubiera tenido a esa persona muy valiente que resulta tener un arma o un rifle en su maletero”.
En tanto, ayer se informó que Devin Kelley fue internado en una clínica siquiátrica cuando era militar, indicaron ayer medios de prensa de EU. Kelley, ex militar acusado de agredir a su mujer y su hijastro, había sido detenido en la terminal de autobuses de El Paso, Texas, en junio de 2012, según un informe policial publicado en el sitio internet de la televisión KPRC de Houston.
Acababa de escapar de una clínica de Santa Teresa, Nuevo México, a unos 20 km de El Paso, donde fue internado por amenazar de muerte a sus superiores.
Por su parte, el FBI informó que tiene dificultades para acceder al teléfono móvil del asesino, una prueba que podría descifrar las incógnitas sobre el caso.