Washington.— En un nuevo ataque contra el sistema multilateral global, Estados Unidos amenazó a la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, ubicada en Países Bajos, que tomará represalias muy agresivas si el tribunal procesa a estadounidenses o “sus aliados”, especialmente Israel.

EU no forma parte de la CPI ni la reconoce como válida o legítima, pero la amenaza del tribunal se cierne sobre Washington después de que uno de sus fiscales dijera que era posible que actuara de oficio para juzgar por “crímenes de guerra y de lesa humanidad” por sus acciones en Afganistán, donde las tropas de la Unión Americana están desde hace 17 años, justo tras los atentados del 11-S.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, dio muestra de su carácter “halcón”, de mensaje duro, militarista y nacionalista, para anunciar amenazas contra un organismo que calificó de “inefectivo” y “peligroso”.

“Si la corte va por nosotros, por Israel u otros aliados, no nos quedaremos callados”, dijo Bolton, en su primer discurso formal desde que asumió su cargo.

Añadió: “Usaremos todos los métodos necesarios para proteger a nuestros ciudadanos y nuestros aliados de la persecución injusta de esta corte ilegítima. No vamos a cooperar con la CPI. No vamos a darle asistencia. No vamos a unirnos. Dejaremos que la CPI muera por sí sola; al fin y al cabo, está muerta para nosotros”.

Bolton enarboló un discurso ultrapatriótico para criticar la CPI, acusándola de querer inmiscuirse en las decisiones de EU con una máscara de justicia internacional, cuando en su opinión sólo se mueve por intereses políticos.

Ante la posibilidad de que en cualquier momento la CPI inicie una investigación contra EU y su estamento militar, Bolton, enemigo crítico de la corte internacional, detalló todas las acciones que la administración de Trump está dispuesta a imponer para castigar al tribunal.

Entre las amenazas, Washing-ton completa la prohibición de entrada a Estados Unidos de jueces y fiscales de la CPI, la sanción de sus fondos en el sistema financiero estadounidense, e incluso su procesamiento criminal.

Las actuaciones se expandirían también a todos aquellos estados que respalden las decisiones de la CPI contra Estados Unidos.

“Tomaremos nota de si algún país coopera con las investigaciones”, aseguró Bolton, alertando de que podrían poner en jaque asistencia económica y militar. Tampoco descartó medidas en el Consejo de Seguridad de la ONU para que “no ejerza su jurisdicción contra estadounidenses”.

“No nos vamos a quedar callados”, dijo Bolton. “Ningún comité de naciones extranjeras nos dirá cómo gobernarnos y defender nuestra libertad”, finalizó.

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